"El
incremento sería superior al 1.300%"
La eventual aplicación de un nuevo cuadro tarifario que permita
implementar en la ciudad la misma facturación que rige en
localidades como Bahía Blanca o Santa Rosa sería un aliciente para
muchos usuarios del servicio de gas de Mar del Plata.
Sin embargo no evitaría que la mayoría de los hogares y
comercios igualmente reciban facturas con cifras muchísimo más
elevadas que las del invierno pasado y difíciles de afrontar. Por esa razón, a pesar de las grandes expectativas que existen al
respecto, a la hora de la verdad la asimilación de Mar del Plata con
ciudades ubicadas más al sur del país podría tener un resultado
decepcionante.
Los cálculos indican que para una familia que habita una casa y que
realiza consumos anuales de 4.000 metros cúbicos de gas, el cambio
del cuadro tarifario solicitado por varias organizaciones de defensa
de derechos del consumidor, la Defensoría del Pueblo y hasta por el
propio intendente Carlos Arroyo podría resultar irrelevante. Si el pedido fuera aceptado y esa familia pasara a pagar de la misma
forma que lo hace una familia bahiense, su situación prácticamente
no se vería modificada. Los cálculos realizados por La Capital sugieren que mientras que
para algunos casos el ahorro podría rondar apenas entre el 2% y
el 5% en otros podría ser inexistente.
De hecho, es claro que si se implementara la misma tarifa que rige en
Bahía Blanca o Santa Rosa, para obtener algún beneficio
significativo algunos usuarios deberían consumir durante todo un año
casi la mitad de lo que consumen en la actualidad. Sólo así podrían pasar a una categoría más baja y recién
entonces obtener alguna clase de ahorro que justifique el sacrificio.
Ejemplos
frustrantes
Para estimar el impacto que tendría aplicar a nivel local el cuadro
tarifario de otra localidad, como Bahía Blanca -que fue la
posibilidad más mencionada- podría tomarse como ejemplo lo que
sucede con una familia marplatense que en la actualidad pertenece a
la categoría R3-4, por realizar consumos anuales superiores a los
1.800 metros cúbicos anuales.
Esta se trata de la categoría residencial más alta, la que por lo
tanto abona la tarifa domiciliaria más cara. Ingresar en ella es algo común. Sólo basta con habitar una casa
ocupada por cuatro personas que posea una cocina, un termotanque y al
menos dos calefactores. Hasta que el Gobierno nacional aprobó las nuevas tarifas, los
usuarios R3-4 de Mar del Plata pagaban apenas 0,22 centavos el metro
cúbico de gas. Por eso durante el bimestre de mayor frío en la
ciudad la familia del ejemplo abonó 520 pesos de gas -sin impuestos-
por consumir 1.400 metros cúbicos. Desde
el pasado 1 de abril, el valor del metro cúbico pasó a $4,77. Por
eso es de esperar durante este año, para el mismo período, la
factura sin impuestos ascienda a unos $6.900.
El
incremento sería superior al 1.300%
¿Pero qué sucedería si tal como se solicitó, en Mar del Plata se
aplicara el cuadro tarifario bahiense?
Para este mismo caso, como en muchos otros, la respuesta conduce al
desengaño. Si el cuadro tarifario que se aplicara fuera el mismo
que el que se estableció para Bahía Blanca el valor de la factura
del gas, sin impuesto, por la misma cantidad de consumos sería de
$6.700.
Ante semejante incremento de la tarifa, la diferencia de apenas
300 pesos aparece como algo irrelevante. La familia del ejemplo sólo podría verse beneficiada por el
cambio del cuadro tarifario si lograra la hazaña de consumir durante
todo el año casi la mitad de lo que viene consumiendo. Recién
en ese caso, si ese domicilio utilizara menos de 2.150 metros cúbicos
anuales podría ser ubicado en la categoría R3-3 de Bahía, lo que
le permitiría que en el bimestre más frío le llegara una factura
de 5.100 pesos por los mismos 1.400 metros cúbicos del período. Las cuentas no sólo son decepcionantes en el caso de los clientes
residenciales. También generan la misma conclusión a nivel
comercial.
Para
ilustrarlo basta mencionar el ejemplo de un local gastronómico cuya
última factura de gas, sin impuestos, ascendió a los 7.600 pesos,
registrando una suba superior al 1.000% con respecto al mismo período
del año pasado.
Para este caso, el impacto de la aplicación del cuadro tarifario
bahiense también resulta menor, ya que con él su factura se
reduciría a 7.400 pesos, es decir, apenas 200 pesos menos de lo que
le acaban de exigir por haber consumido 3.700 metros cúbicos de gas.
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