lunes, 19 de septiembre de 2016

El INFoD, un modelo ejemplar de ajuste, vaciamiento y privatización macrista

Entre los 200 despidos ejecutados por el ministro Bullrich en agosto, hubo 50 en el instituto a cargo de la formación y capacitación gratuita de docentes, acompañados del cierre de programas clave del sistema educativo.
Esteban Bullrich asumió como ministro de Educación con el manual del neoliberalismo más deshumanizado bajo el brazo: su plan consiste en vaciar, descentralizar y privatizar la educación pública. Algo que ya están sufriendo los trabajadores de la cartera educativa nacional. Al vaciamiento del programa Conectar Igualdad, se sumaron durante el mes de agosto 200 despidos. Entre ellos, 50 integrantes del equipo central del Instituto Nacional de Formación Docente (INFoD). Todos trabajaban bajo diversas modalidades de contratación precaria. En la mayoría de los casos, tenían contratos que vencían en diciembre y fueron rescindidos de manera arbitraria y sin ningún tipo de comunicación formal.
El INFoD es un organismo creado en 2007, como parte de la Ley Nacional de Educación, para garantizar el derecho de los docentes a una formación acreditada, con puntaje y en servicio, y que incorporó por primera vez en la historia argentina temas vinculados a la formación y a la capacitación docente. Este Instituto es el encargado de coordinar y dirigir esas políticas en todo el país en articulación con las 24 provincias, nucleando a todos los institutos y profesorados, e impulsando programas destinados a educadores y estudiantes del nivel superior.
La situación del INFoD está atravesada por el cierre de programas, tales como Derechos Humanos y Pedagogía de la Memoria, Radios Socioeducactivas y el desmantelamiento de otros de enorme envergadura como el área de Investigación y el Programa Nacional de Formación Permanente “Nuestra Escuela”.
El vaciamiento de Nuestra Escuela implica que las políticas de formación continua se encuentren en riesgo. El programa llevaba diversas líneas de trabajo con el objetivo de alcanzar a la mayor cantidad de docentes de las más de 50 mil instituciones educativas del país, a través de la formación situada y en servicio en todas las escuelas, y de los cursos disciplinares que se daban de diversas maneras, en convenio con universidades públicas nacionales, institutos de formación docente, gremios o propuestas virtuales y semipresenciales dictadas por el Ministerio de Educación y Deportes.
Este programa nació como fruto de una reivindicación histórica de los gremios docentes, ya que hasta el momento de su creación la capacitación docente era paga, en muchos casos con fundaciones y organizaciones con dudosa trayectoria educativa. El desmantelamiento del programa, con validez legal en acuerdo paritario y en la resolución N° 201/12 del Consejo Federal de Educación, conduce al retorno de la capacitación docente a la lógica del mercado, de ofertas de formación privadas.
Hoy Nuestra Escuela se encuentra paralizado, así como tantas otras políticas públicas destinadas al nivel superior. Esto se evidencia también con una clara subejecución presupuestaria, que según el Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas las acciones de Formación Docente hasta la segunda quincena de agosto alcanzan apenas el 30,04%.
El ajuste que hoy desmantela la formación docente también impacta en todos los niveles del sistema educativo, ya que los destinatarios de estas políticas son los trabajadores y trabajadoras de la educación.
Por Lautaro Pedot* Publicada en [R]umbo N°13 *Delegado ATE en Instituto Nacional de Formación Docente, Ministerio de Educación y Deportes de la Nación.

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