lunes, 2 de mayo de 2016

Félix Crous: “Estamos viendo a los operadores y a la operación”

Félix Crous es fiscal de la Procuración General de la Nación y miembro del Consejo Directivo de Justicia Legítima. Persona más que autorizada para desentrañar el funcionamiento de cierto sector del Poder Judicial que digita la vida política de la Argentina.
–El 18 de febrero de 2015, con la marcha por la muerte del fiscal Alberto Nisman, se comenzó a hablar del Partido Judicial. ¿Fue realmente allí cuando comenzó a funcionar la corporación de la Justicia o es algo que venía de antes?
–La historia se cuenta con algunos mojones y entiendo que, tanto para describir un fenómeno como para operar sobre ese fenómeno, esté a favor o en contra, uno necesita hitos. Esa marcha, ese día, fue la cristalización de algo, no de un partido. No me gusta llamarlo “partido”.
¿Cómo lo llamaría?
Una facción, un sector faccioso del Poder Judicial que venía de antes. Y que cobró visualización, sí, en todo el proceso que se manifestó de modo elocuente y escenográfico en la marcha del 18 de febrero. Pero todo el proceso inmediatamente posterior a la muerte de Nisman y posterior a la marcha es una secuencia para ver. Ahí hubo un salto cualitativo que dio visibilidad a quienes eran los voceros, a quienes pretendían ofrecerse para liderarlo, a cuál era el discurso que eligieron. Mostraron que había, claramente, intenciones. No solamente la expresión de una idiosincrasia o de un conjunto de intereses que formaban parte de ese estamento, que circulaban como una característica identitaria de un sector de la Justicia. No, no: ahí se veían los operadores y la operación.
¿Para quién estaban operando y qué resultados querían conseguir?
–Los resultados eran más o menos evidentes, como tan evidente es lo bastante exitosa que fue la operación. Más o menos se intuye quiénes eran los interesados a esta altura. Más que intuir, uno tiene elementos para hacer un juicio bastante atinado sobre a quién servían. Yo creo que es una facción. Y esa facción da un salto de visibilidad, usa el espacio público, asume en primera persona un discurso fraudulento, mentiroso como fue el afirmar ante la ciudadanía, siendo fiscales y cuando había una investigación en curso, que Nisman había sido asesinado. No había ningún elemento para sostener eso, era totalmente imprudente, desaconsejado o prohibido en boca de un fiscal, aún cuando sea su propia investigación. Cuando esas personas inteligentes y con entrenamiento político como para comprender la alarma social que podían encender con esto, jugando con la autoridad que frente al imaginario social tiene un fiscal, concluyen en hablar de asesinato, es una jugada riesgosa. Quienes estamos en la cocina de esto, quienes conocemos las entrañas de la bestia, no nos impacta la palabra de un fiscal. Pero es absolutamente razonable que sí impacte en la sociedad, que necesita tener esa referencia para protegerla de su propia suspicacia.
¿Por eso habla de salto cualitativo de las operaciones de la facción judicial?
–Claro. Una facción que empezó a mostrar que estaba operando así con los acontecimientos que dieron origen a Justicia Legítima, que son una acción activa de la Corte Suprema de Justicia, básicamente de su presidente Ricardo Lorenzetti y la gestión del portal de noticias de la Corte, como propaladora de la Asociación de Magistrados, una gremial conservadora histórica de los jueces y funcionarios de la Justicia federal que decidieron ser un partido de la oposición. Claramente eso estaba a la vista, se subieron y trabajaron sobre la construcción del relato de un kirchnerismo y un Poder Ejecutivo que oprimía a la Justicia. Ellos fogonearon la construcción de la satanización de la tiranía kirchnerista. La Corte se sumó a eso, le ofreció el espacio institucional para eso...

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