sábado, 13 de agosto de 2016

Inflación, desconcierto y relato.

La inflación no baja y se ha transformado en la espada de Damocles de la política del gobierno. Acumula un piso del 43 por ciento anual según datos de oficinas provinciales de estadística y en lo que va del año supera en un solo semestre el techo de la previsión oficial a principios del año.
Adicionalmente, en los valores de junio se observa un descontrol de la inflación núcleo (alimentos, transporte y servicios esenciales) que según la mayoría de las previsiones se reiterará en los guarismos de Julio, aun con las suspensiones judiciales a los aumentos tarifarias y de transporte.
El tema es grave porque directamente en el nivel de vida de la población y porque revela los sucesivos errores de diagnóstico de la política oficial.
El noviembre pasado, luego del balotaje, se anunció la devaluación y se dijo que no habría corrimiento a precios porque, según el Ministro de Hacienda y Finanzas, “todos los precios estaban fijados de acuerdo al dólar blue”. No sólo no ocurrió su previsión sino que el corrimiento a precios fue inmediato y la última semana de noviembre fue record de inflación y siguió creciendo en las semanas siguientes. En aquel momento, se dijo que se retraerían los aumentos al 30 de noviembre mediante un acuerdo con las cámaras empresarias. Tampoco ocurrió.
Cuando asumió el gobierno, inmediatamente se quitaron todas las retenciones al campo y el 5 por ciento a la soja, sin desagregar de la medida los volúmenes stockeados por los exportadores, con los que pretendieron forzar a una devaluación al gobierno anterior. En aquel entonces se dijo que no habría impacto sobre el precio de los alimentos. No ocurrió. Los precios de los alimentos empezaron a crecer vertiginosamente por el efecto directo de esas medidas e indirecto pr el aumento de los costos que representó en otras cadenas alimenticias.
Luego se dijo que la escalada inflacionaria, para entonces innegable, se desaceleraría vertiginosamente en el segundo semestre. No ocurrió. Por el contrario, la inflación sigue alta y, como se dijo, la inflación núcleo tracciona hacia arriba.
Para entonces, muchos opositores en voz alta y muchos oficialistas en voz baja, decían que en pocos meses la baja del consumo por caída de salarios y tarifazos, empujaría la inflación a la baja. Todavía no ocurrió y como se dijo varias veces en Elebece, es probable que no ocurra, al menos en la medida que casi todos creían, si no pueden detener el aumento de factores estructurales como las tarifas y los combustibles.
Ahora el gobierno apela a la negociación con los formadores de precios, luego de sostener durante años que la puja distributiva no es un factor inflacionario esencial en la Argentina. Previamente se encargó de desmantelar la Secretaría de Comercio que proveía la base técnica indispensable para ese tipo de negociaciones.
Con una devaluación del 56 por ciento y una inflación del 30 en lo que va del año y más del 40 anualizada, el campo le reclama un nuevo ajuste en el tipo de cambio porque se le empieza a licuar la producida en diciembre. Si el gobierno cede, no sólo relanzará el ciclo inflacionario sino que además calentará la puja con el sector financiero. La alternativa que evalúan es adelantar una nueva baja de las retenciones a la soja del 5 por ciento. Si lo hacen, como el commodity funciona como precio sombra, impactará en otros precios fundamentalmente de los alimentos. Si no lo hacen, el campo perderá gradualmente la competitividad que se le intentó inyectar y se calentará por la otra punta la tensión al interior del bloque dominante. Con el sector farmacéutico está llevando a cabo una negociación basada en una lógica similar: conceder prebendas para lograr contención de algunos precios. Las necesidades son tan grandes que las concesiones a veces ronzan la metáfora de la mochila de plomo.
El gobierno creyó que bajando el déficit fiscal, con una política monetaria astringente y alta tasa de interés, contendría la inflación en unas pocas semanas. No ocurrió. Tampoco bajó el déficit fiscal.
Ahora apuesta todo al blanqueo y a la seducción de la inversión. Lo primero se verá. Lo segundo es una alquimia en una economía que es un formidable negocio financiero.
Mientras tanto, creció la pobreza, aumentaron los despidos y las suspensiones, bajaron los salarios, bajo el consumo, las Pymes están al borde del colapso, cierran los comercios y la inflación es record en lo que va del siglo. Y todavía siguen hablando de la “exitosa” salida del “cepo”. El relato oficial se agota en la estigmatización del pasado y sigue gozando del amparo de los grandes medios. Los que hace tan poco tiempo querían preguntar hoy, ante la evidencia de una crisis innegable y el riesgo cierto de un escenario de recesión con inflación, no repreguntan nada.
Evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC San Luís/CABA)
MES                        SAN LUIS               CABA               PROMEDIO GRAL
NOVIEMBRE 2015          2,9                    2,0                           2,45
DICIEMBRE 2015           6,5                    3,9                           5,20
ENERO                          4,2                    4,1                           4,15
FEBERO                         2,7                    4,0                          3,35
MARZO                          3,0                    3,3                          3,15
ABRIL                            3,4                    6,5                          4,95
MAYO                            4,2                    5,0                           4,60
JUNIO                           s/d                     3,2                           3,20*
Provisorio en base al dato de Dirección de Estadísticas de la CABA

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