lunes, 2 de octubre de 2017

La búsqueda de Santiago Maldonado en Argentina

RADIO CANADÁ INTERNACIONAL - MARTES 26 SEPTIEMBRE, 2017 -
Este 1 de octubre se cumplirán dos meses de la desaparición forzada de Santiago Maldonado un joven de 28 años, ocurrida durante la represión de una protesta de indígenas mapuche en el sur de Argentina.
Durante esa represión, testigos aseguran haberlo visto quedarse agazapado entre los arbustos hasta que efectivos de gendarmería lo encontraron. Ellos aseguran que vieron a miembros de la fuerza golpearlo y cargarlo luego en una camioneta.
Políticos, organizaciones de derechos humanos, periodistas y académicos han liderado una campaña de presión al Estado pidiendo por Maldonado. También organismos internacionales, como la ONU, OEA y Amnistía Internacional.
Si bien las investigaciones judiciales determinaron que se trata de una “desaparición forzada”, el gobierno argentino desde el inicio del hecho se dedicó a exonerar a la gendarmería. Muchos argentinos identificados con la defensa por los derechos humanos creen que el presidente actual, Mauricio Macri, un empresario de derecha, no ve los derechos humanos como una prioridad y que, con su llegada al poder, sectores conservadores tratar de frenar los juicios y sentencias por las violaciones cometidas por la junta militar...
Es en este contexto que se cumplirán los dos meses de la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
Jorge Nallim es profesor de historia en la Universidad de Manitoba, es argentino de origen y vivió en su país en los tiempos de la última dictadura.
40 años atrás, la “desaparición forzada de una persona” involucraba directamente al Estado. ¿Es el mismo caso con la desaparición del joven Santiago Maldonado?
Hay paralelos. Hay una persona sobre la cual no se sabe su paradero, que remite a los peores momentos de la historia argentina del siglo 20. Es el paralelo obvio. La diferencia está en los contextos. No estamos en un período donde hay una política sistemática de desaparición de personas. Pero sí, el hecho que rodea la desaparición de Santiago Maldonado tiene que ver con la supervivencia de prácticas represivas en la Argentina, por parte de las fuerzas de seguridad y un contexto político que hoy no está siendo fácil de determinar lo que ha sucedido. Si bien es cierto que hay elementos que lo ponen en contacto con aquel período, por otra parte creo que también hay que tener en cuenta el contexto. Es distinto, y eso es lo que ha permitido movilizaciones, peticiones, por parte de la familia de Santiago Maldonado, de organismo de derechos humanos y las mismas comunidades mapuches que están en el sur de Argentina.
¿Cómo explica ese afán de parte del gobierno de respaldar a la Gendarmería?
Creo que el gobierno se dejó estar, trató de ningunear de que algo había pasado, un poco que corrieron desde atrás. Creo que tiene que ver con el cambio de política a partir de la inauguración de esta nueva administración de Mauricio Macri donde hay un apoyo más explícito acerca de contener por la fuerza a este tipo de protestas en la calle. Y en este caso se vio que inmediatamente la primera reacción del gobierno ante las acusaciones fue un apoyo irrestricto a la gendarmería. Y un poco basaron este apoyo en culpar quizás a los grupos más radicalizados de las comunidades mapuches del sur de Argentina, justificando como si se lo hubieran buscado.
¿Cuál es la dificultad que tiene el presidente Macri para enfrentar esta situación de flagrante violación a los derechos humanos?
Es difícil separar este caso del contexto político de Argentina. Hay un problema de hacerse cargo, en cierta manera, o de reconocer incluso que se trata de un caso de desaparición. Y eso tiene que ver con el contexto de cambio de gobierno donde ha habido no una detención por la causa de derechos humanos, pero sí el gobierno ha mostrado un menor compromiso, ha retirado recursos de las áreas de derechos humanos. Si bien no se ha detenido totalmente, en gran parte porque han sido conquistas que la sociedad argentina en su conjunto ha ganado en los años desde la dictadura, no ha habido un compromiso con las políticas de derechos humanos más claro.
En el caso de Santiago Maldonado, inicialmente hay una política de mano dura, de ley y orden, que es la política de un gobierno de centro derecha o de derecha como es el de Macri sumado con estas actitudes hacia temas de derechos humanos. Por eso la reacción inicial ha ido por ese lado.

Al mismo tiempo hay que reconocer que la situación es muy compleja. Porque dentro de la comunidad mapuche hay distintos grupos y hay un conflicto que tiene que ver con la tierra. Y que se da también en Chile, y que el mismo gobierno de Michele Bachelet y los gobiernos anteriores han tenido que enfrentar. En el caso chileno los han enfrentado en muchos casos con leyes de la dictadura de Pinochet. Y hay grupos radicales tanto en Chile como en Argentina que creen en la acción directa, en la violencia. No son la mayoría, pero ese tipo de grupos son los que hacen que el gobierno los use para justificar una actitud represiva.
Primero fue la ONU y luego la OEA, a través de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que dictó una medida cautelar para que el Estado argentino “adopte las medidas necesarias para determinar la situación y paradero del señor Santiago Maldonado.
¿Esta presión internacional, puede tener algún efecto sobre el gobierno argentino?
La presión es efectiva. Ha obligado al gobierno a modificar su posición. Han tenido que reconocer y hacerse cargo y poner más energía en ver lo que ha pasado. Toda esta movilización es muy importante. Ahora bien, ¿va a llevar esto a resolver el caso?
Esto y más en la entrevista con Jorge Nallim, profesor de historia en la Universidad de Manitoba.

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