
Se trata de David Neeleman, un brasileño con ciudadanía americana conocido en el sector, fundador de empresas aéreas de bajo costo. Actualmente es dueño de la aerolínea Azul, que es la tercera más grande de Brasil y tiene como principal accionista al conglomerado chino HNA Group Company Limited.
La
información la dio el diario especializado en negocios y finanzas
del país vecino Relatorio Reservado, que suele tener las últimas
novedades en el medio corporativo, y ya rebotó en otras
publicaciones brasileñas.
Neeleman
fundó en 1999 la empresa aérea estadounidense JetBlue Airways
Corporation, conocida bajo el nombre de NewAir. En 2007 se retiró de
esa firma y al año siguiente fundó e inició operaciones de la
aerolínea brasileña Azul Linhas Aéreas Brasileiras S.A.
La
prensa vecina asegura que el líder del PRO decidiría en breve si
lleva adelante o no el proceso de privatización de Aerolíneas
Argentinas.
El
año pasado, Portugal le vendió a Neeleman el 61% de la aerolínea
TAP, por 354 millones de euros. La operación culminó una de las
mayores privatizaciones del Ejecutivo portugués, de línea
conservadora.
En
esa transacción, Neeleman le ganó la pulseada al dueño de la
colombiana Avianca, Germán Efromovich, quien buscaba quedarse con la
aerolínea portuguesa TAP.
Tal
como Neeleman, Efromovich también tiene los ojos puestos en la
Argentina, en lo que podría ser una segunda pelea comercial entre el
brasileño y el empresario boliviano naturalizado en Colombia. Según
trascendió en febrero, Efromovich se interesó particularmente por
Austral, la hermana menor de Aerolíneas Argentinas.
La
versión de la posible venta de la empresa aérea argentina se da
en el marco de un último plan de ajuste comunicado por la propia
Isela Constantini a empresarios y sindicatos. La reemplazante de
Mariano Recalde abandonó finalmente su idea de “gradualismo”
que en principio buscaba impulsar en la renovación de la empresa, y
lanzó un drástico giro presionada por el recorte de los subsidios
del Gobierno.
El
vicejefe de gabinete, Mario Quintana, decidió reducir los fondos
para Aerolíneas de 420 millones de dólares acordados a principios
de año a 260 millones de dólares. Un cuarto de los mil millones que
había solicitado Isela al asumir. El agravante es que más de la
mitad de esos fondos ya fueron utilizados en el primer cuatrimestre.
Pero
el dato más alarmante que expresó la ex General Motors en la
reunión con los sindicatos es que con los gastos que actualmente
tiene la compañía y el recorte ordenado por Quintana, sólo tiene
fondos para dos meses. Es decir que el segundo semestre es un
misterio en las condiciones actuales.
Para
los gremios no es un dato menor ya que en el segundo semestre deben
negociar la paritaria, más precisamente en agosto. Es por eso que
los representantes ya empezaron con algunas reuniones informales para
analizar la situación. Por lo pronto, en la Fapa (que agrupa a
cuatro sindicatos aéreos) no piensan en resignar salarios y analizan
pedir un piso del 40% cuando empiecen las negociaciones.
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