Los nuevos créditos hipotecarios que lanzará el Gobierno podrían
incluir a partir de ahora un ajuste demasiado volátil y riesgoso
para los argentinos que se animen a tomarlos. Ayer se supo que el
índice de costos de la construcción (ICC), que mide el Indec y que
determinará muy probablemente el valor de las cuotas de este tipo de
préstamos, se disparó un 9,1% sólo en abril, acumuló un avance
del 14,7% en lo que va del año y superó ampliamente a todos los
índices de precios de la economía local.
Significa que, si se repitiera en el futuro -como se ve en series
históricas más largas sobre el mismo indicador-, este efecto
estacional podría tener un fuerte impacto en la capacidad de pago de
los tomadores de los nuevos créditos para la vivienda que lanzó el
Gobierno. Esto sucederá si prospera en la Cámara de Diputados un
proyecto de ley que ya recibió este miércoles media sanción en el
Senado nacional: de acuerdo con éste, la Unidad de Vivienda (UVI)
que ajustará las cuotas mensuales de los nuevos hipotecarios estará
determinada por el ICC -que refleja el incremento de los costos de la
construcción-, en lugar de por el CER (el Coeficiente de
Estabilización de Referencia), un indicador que mide el Banco
Central y replica directamente la evolución de los índices de
precios minoristas.
La diferencia entre las dos indexaciones arroja dos datos que
preocupan. El primero: la suba acumulada del ICC fue cercana al
15% en apenas cuatro meses y ya supera la evolución del CER para el
mismo período, que se ubicó debajo del 13% (esto, vale aclarar,
porque ante la falta de índice de precios nacionales el Ministerio
de Hacienda resolvió, en algunos meses, considerar la inflación de
San Luis en lugar de la de Ciudad de Buenos Aires). El segundo: la
fuerte volatilidad y estacionalidad que parecen caracterizar al ICC,
año a año, volvió a quedar confirmada en este último mes con un
salto del 9,1%. Particularmente en esta época, este índice se
ve afectado por el cierre de las paritarias de la Unión de Obreros
de la Construcción (Uocra), que impulsa de un momento a otro los
salarios de los trabajadores del sector y, por ende, los costos de la
mano de obra. El nivel de sueldos es uno de los los tres componentes
principales de este indicador. Según el informe difundido ayer por
el Indec, la mano de obra se encareció en abril un 15% (50 veces
más que lo que sube mensualmente); los materiales subieron un 2,1% y
los gastos generales, un 6,4%.
De estar vigente el nuevo mecanismo de indexación para los créditos
hipotecarios, sancionado ya en el Senado, el efecto se hubiera notado
con fuerza en el valor de las cuotas. Esto, sencillamente, porque la
UVI se hubiera ubicado a $ 15,67 en lugar de los $ 14,78 actuales. De
esta manera, quien hubiera estado pagando a fin de abril una cuota de
$ 1.000 (69,6 UVI's), hubiera pasado a abonar 90 pesos más (en
total: $ 1.090). Si, en cambio, el ajuste se hubiera realizado con el
CER, como sucede hoy, la cuota hubiera quedado en $ 27 más ($
1.027). Las cifras despiertan la atención en un sistema
financiero que conoce múltiples historias con finales poco felices,
y no tan lejanas.
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