“ Nos reuníamos
con empresarios, inversores, locales y del exterior. Todos nos
prometían inversiones por doquier y millones de dólares. Nosotros
los veíamos convencidos y nos convencían. Fuimos demasiado
ingenuos”, se sincera uno de los colaboradores de mayor confianza
del Presidente, quien no oculta ni su preocupación por la evolución
de algunas variables clave como la inflación ni su decepción porque
todavía no hayan empezado a llover los dólares. La falta de
concreción de planes o de anuncios fuertes de inversión privada es,
precisamente, la principal frustración del Gobierno... Mientras eso ocurre,
en el gabinete económico reconocen que la “ingenuidad” respecto
del boom de inversiones derivó en un problema de inflación mayor al
que proyectaron en un principio. Ni el jefe de Gabinete, Marcos Peña,
ni el ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, ocultan que se trata
del principal tema de la agenda en el que por ahora no logran mostrar
resultados contundentes...”
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