“ Pasados los
primeros cien días de gestión, al equipo económico ya no le
alcanza con echarle la culpa a “la pesada herencia recibida” para
alinear detrás de sí a todas las vertientes que confluyen en el
espacio de Cambiemos. Cada vez son más frecuentes las críticas que
se escuchan, de las propias filas del oficialismo, contra la
conducción de la política económica. Algunos en forma reservada
(Carlos Melconian, actual presidente del Banco Nación), otros de
modo más explícito (Rogelio Frigerio, ministro del Interior y
mentor de la consultora Economía & Regiones), y aun aquéllos
que van reflejando sus discrepancias en la práctica (Federico
Sturzenegger, presidente del Banco Central), un amplio abanico de
funcionarios y referentes económicos del entorno macrista van
mostrando sus diferencias y expresando sus puntos de controversia con
el manejo de la política económica, a la que empiezan a
responsabilizar del alejamiento o, al menos, falta de apoyo más
firme de sectores que se consideraban aliados naturales, como la city
financiera o el establishment empresario. Inversiones que no llegan,
inflación que no cede, dudas sobre un horizonte de recuperación
antes de fin de año, un déficit fiscal creciente y que abre cada
vez más interrogantes sobre la forma de financiarlo, “corridas”
cambiarias, son algunos de los ingredientes del escenario que no se
esperaba tener a esta altura, y cuya existencia ya son varias las
voces que se la atribuyen al arrogante jefe del Palacio de
Hacienda...Desde Economía & Regiones, la consultora creada por
Rogelio Frigerio, lo señalan sin pelos en la lengua. “La
devaluación del 60 por ciento y la quita (o baja) de retenciones no
alcanzan”, “la competitividad es mucho más que el tipo de
cambio”, transcribió en su twitter la consultora E&R el 18 de
marzo, remitiendo a un artículo publicado en el portal Infobae ese
día, con la firma de su economista jefe, Diego Giacomini, alter ego
de Frigerio. En el artículo, el autor toma distancia de quienes,
cuestionando el estancamiento económico y la inflación de los
últimos años del kirchnerismo, “volvieron a colocar al tipo de
cambio en el centro de la discusión económica”. “Según esa
visión, la economía no podía producir, exportar ni generar empleo
porque se había quedado sin competitividad debido al atraso
cambiario; así, la devaluación era propuesta como la piedra
fundacional del resurgimiento del nivel de actividad en Argentina”.
No es difícil encontrar en las declaraciones de Prat- Gay previas a
las elecciones del 25 de octubre, expresiones que lo colocan en esa
visión que E&R ahora critica. Pero, por si quedaran dudas de a
quién alude, el mismo artículo agrega que “a pesar de que el
actual programa económico levantó el cepo, sinceró el tipo de
cambio y devolvió competitividad-precio al sector agropecuario y a
las economías regionales, el nivel de actividad no resurgirá porque
todas las otras variables que inciden en la competitividad, o sea,
las expectativas de inflación, expectativas de devaluación, presión
tributaria, gasto público, la relación salarios-productividad del
trabajo y tasa de interés, están jugando en contra. En otras
palabras: la devaluación del 60 por ciento y la quita (o baja) de
retenciones no alcanzan para compensar la elevada presión tributaria
y la tasa de interés, el desacople entre salarios y productividad,
la imposibilidad de seguir financiando el actual nivel de gasto
público ni tampoco las fuertes expectativas de inflación”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario