“ Mi otra película
muy política es La Peste. Está basada en el libro de Albert Camus,
quien nos enseñó, mirando el holocausto en la Segunda Guerra la
parábola maravillosa de que el microbio nunca se va del todo, que
permanece en los pañuelos, en los papeles, en las cajas. Y que el
día menos pensado las ratas vuelven a salir a la ciudad, dichosas.
Esta parábola de Camus se puede aplicar al 24 de marzo, a La
Historia Oficial y a La Peste. Esto es así, el microbio permanece y
aparece de pronto, y a los argentinos nos pasó en las elecciones de
noviembre: el microbio apareció de nuevo. Es cíclico y este
ciclo también termina. Los ciclos históricos por ahí duran 50 o
100 años... Luego vinieron los 70, y empezó este ciclo que va a
terminar en 20 o 30 años. Estamos en ese mismo ciclo, no se fue. Y
muchas veces requirió de los militares al servicio de las
corporaciones, que luego fueron reemplazados por los medios de
comunicación. En este momento, el poder de represión son los
medios...Esa escena esta filmada en una casa humilde de San
Fernando que tiene un taller adosado a la vivienda. Es una familia
típica argentina hija de la inmigración, con un viejo republicano
español como padre, como fueron muchos de nuestros abuelos. Esa
familia sigue existiendo y sigue siendo la familia típica argentina
y hoy esa familia diría lo mismo. Hoy tendrían la misma discusión.
Hugo Arana (uno de los protagonistas) dice que los que van a pagar
los dólares que se afanaron los militares, los van a pagar los
pibes. Y eso se puede decir hoy mismo, ¿Sabes quién va a pagar el
arreglo con los fondos buitres? Los pibes....”
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