New York Times…- 11 de agosto de 2017
Hoy hay nada menos que tres
precandidaturas por la senaduría de la provincia de Buenos Aires, el
reducto electoral más importante de la Argentina, con un 40 por
ciento del padrón nacional: la de la expresidenta Cristina Fernández
de Kirchner y las de dos exsubordinados suyos, el exministro de
Transporte, Florencio Randazzo, y el exjefe de gabinete, Sergio
Massa.
El
aspecto más importante de la disputa entre estos tres peronistas
será conocer cuál es realmente el poder político que todavía
tiene Cristina...
…
Tras la elección de Mauricio Macri
en 2015, Cristina se desvaneció del mapa político argentino. Se
pensó que sería barrida por la llamada ola conservadora que parecía
adueñarse de la región, enterrando a los líderes populistas (algo
que hoy no está nada claro). Macri ponía fin un periodo de doce
años de gobierno peronista y Michel Temer sacaba del trono al
Partido de los Trabajadores luego de trece años en el poder.
Sin
embargo, el barrido fue parcial... En Brasil, pese a las acusaciones
de corrupción, Lula mantiene la preferencia de al menos el 30 por
ciento de los votantes para las elecciones del 2018. En este
contexto, Cristina reaparece de su autoexilio en la Patagonia... ...
es perseguida por haber
protegido a los pobres y haber defendido la cárcel para los
represores de la dictadura, por haber permanecido firme ante los
feroces fondos buitre y
por tener su mirada más allá de la elitista Buenos Aires … La
expresidenta explota a su favor la actual situación económica de
Argentina. Macri no ha
logrado todavía cumplir su promesa de bajar la inflación e impulsar
el crecimiento económico. Esto le impide refutar con hechos los
ataques de su opositora.
Tiene todavía a su favor, sin embargo, el alto rechazo hacia el
kirchnerismo de las capas medias y altas de la sociedad... En la
cancha del Arsenal de Sarandí, donde se estrenó como precandidata
en junio, se presentó como la líder que va a “poner un freno al
ajuste”. En su discurso, Macri es ... el gobernante que ataca al
bolsillo de los jubilados y que quiere flexibilizar las leyes que
regulan el trabajo, mientras coquetea con los represores presos
sugiriendo una posible amnistía...
Pese
a que no lo haya dicho con todas las letras todavía, una victoria en
octubre le abrirá las puertas a una nueva candidatura a la
presidencia. Ante esta posibilidad, Macri
debe no solo ofrecer soluciones económicas rápidas, sino también
asegurarse de que el peronismo siga dividido en el nuevo congreso.
Ponerle un freno a Cristina para garantizar que no exceda el techo de
30 por ciento de los votantes que algunos sondeos le dan en la
provincia de Buenos Aires.
Si,
en cambio, el peronismo vuelve a aglutinarse alrededor de Cristina,
su ingreso al Senado podría tener consecuencias desastrosas para el
presidente. La menos
grave sería obstaculizar su último tramo de gobierno,
convirtiéndose en una voz rebelde e histriónica en el parlamento.
La peor, poner en jaque sus sueños de reelección en el 2019.
Sylvia
Colombo es corresponsal en Latinoamérica del diario Folha de São
Paulo y está basada en Buenos Aires.
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