Así lo determina la investigación
de Chequeado "Mucho, poquito, nada: cuánto impuesto a las
ganancias pagan las grandes empresas en la Argentina". El 20%
no paga el tributo porque está exenta o declara pérdidas, ya sean
verdaderas o dibujadas por contadores; algunas empresas abonan mucho
menos que sus competidoras. El debate sobre cuánto pagan las
grandes compañías se instaló en Europa y Australia, y Chequeado
pone la lupa sobre las de la Argentina.
El Estado argentino deja de recaudar
la mitad de lo que podría recolectar por este tributo tanto de las
empresas como de las personas
Si el ex secretario de Obras
Públicas de la Nación, José López, hubiese cobrado coimas del 15%
por cada proyecto concesionado, hubiese amasado unos US$ 15.000
millones en los 12 años de gobiernos kirchneristas. Mucho más que
los US$ 9 millones que quería esconder en el monasterio de General
Rodríguez. Pero mucho menos que lo que cada año se evade en la
Argentina del impuesto a las ganancias.
El Estado argentino deja de
recaudar la mitad de lo que podría recolectar por este tributo tanto
de las empresas como de las personas, según un estudio que los
economistas expertos en tributación Juan Carlos Gómez Sabaini y
Dalmiro Morán publicaron en febrero último en la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Esa mitad representó solo en 2015
unos US$24 mil millones. La evasión ocurre en la economía en
negro, que representa un cuarto de la economía argentina, según un
estudio del Banco Mundial, pero también en parte de las empresas e
individuos que operan en blanco pero subdeclaran sus utilidades,
advierte Gómez Sabaini.
La corrupción de los funcionarios
públicos indigna -y con razón- a la ciudadanía, porque se supone
que son ellos los que deberían velar por el dinero de todos. Sin
embargo, en la Argentina está menos cuestionado el delito de
evasión, que acaba en el mundo provocando incluso un mayor daño
a las arcas públicas que el de la corrupción.
En Argentina
¿Y en la Argentina cuánto
tributo abonan las mayores empresas? Chequeado buscó y analizó
los datos de facturación y pago de impuesto a las ganancias de los
últimos cuatro años de las 600 compañías más grandes que
aparecen en el ranking 2015 de la revista Mercado.
Como en nuestro país el dato de
ganancias sujetas al tributo es secreto fiscal y solo está
disponible para la Administración Federal de Ingresos Públicos
(AFIP), son datos de las 112 empresas que hacen públicos sus datos
en Internet, ya sea porque cotizan en Bolsa, o han emitido
obligaciones negociables (títulos de deuda), o son estatales o están
bajo regulación del Banco Central. O sea que 488 compañías de
las principales son opacas en este aspecto y mantienen oculta su
información tributaria para el gran público. Se la entregan, en
el mejor de los casos, a la AFIP y a la Inspección General de
Justicia (IGJ).
Entre 2012 y 2015, cada año un
promedio de 19,5% de las 112 grandes empresas relevadas no pagó el
impuesto a las ganancias.
Entre 2012 y 2015, cada año un
promedio de 19,5% de las 112 grandes empresas relevadas no pagó el
impuesto a las ganancias. Algunas de ellas tienen exenciones
específicas que se les otorgaron en su momento por ser estatales o
cooperativas, como el Ente Binacional Yacyretá, la Empresa
Provincial de la Energía de Córdoba (EPEC) y el Banco Credicoop.
Las otras no abonaron el tributo porque informaron que habían
sufrido pérdidas.
488 compañías de las
principales mantienen oculta su información tributaria para el gran
público.
Como se señaló, el hecho de que
las empresas paguen poco o nada de Ganancias no significa
necesariamente que hayan evadido, es decir, recurrido a los numerosos
métodos que tienen los grandes estudios contables para disminuir
de manera fraudulenta las contribuciones de sus clientes al fisco.
Estos mecanismos fueron detallados por cinco expertos en política
impositiva, tres fiscales y un juez del fuero Penal Económico.
“La transparencia es realmente
importante. Fuerza a las empresas a justificar su comportamiento”.
Cada sector económico tiene una
rentabilidad distinta, por lo que no deben hacerse generalizaciones
ni pueden equipararse firmas de rubros disímiles. Pero vale comparar
entre los 26 sectores de los que provienen las 112 empresas relevadas
(ver tabla), según recomiendan Gómez Sabaini y Morán. El único de
ellos que nunca pagó ganancias es el de líneas aéreas, lo que es
entendible porque solo Aerolíneas Argentinas difunde sus resultados
y es sabido que ha sido deficitaria.
Las empresas eléctricas solo
pagaron el impuesto a las ganancias en el 40% de los balances, aunque
también es conocida la crisis que muchas de ellas atravesaron en los
últimos años, en parte por el congelamiento de tarifas. El sector
de distribución de agua potable abonó en el 50% de los casos. La
única compañía analizada fue AySA, otra estatal que ha recibido
subsidios, como Aerolíneas.
La mayoría de los fondos se
escabullen por la manipulación de los precios de transferencias de
las compañías.
En el resto de los sectores, en
cambio, predominan las firmas privadas. En el gasífero tributaron
en el 70% de los balances analizados; en el petrolero, en el 71,5%;
en el químico, el de holdings, el forestal, el curtidor y los de
maquinaria y autopistas con peaje, en el 75%; en la construcción, en
el 76% y en el sector agroalimentario, en el 78,1 por ciento.
Si se analizan solo los balances en
los que se pagó el gravamen, la industria de electrodomésticos es
la que menos abonó en relación con sus ventas: sólo el 0,3%
promedio. Se trata del sector protegido por la promoción industrial
en Tierra del Fuego. Otros rubros que pagaron poco impuesto a las
ganancias en comparación con la facturación son el de agua potable
(0,8%), el químico y el de supermercados (1,1%), el comercio de
electrodomésticos (1,3%), el de curtiembres (1,4%), el de autopistas
(1,5%), el de holdings (1,6%), el forestal (1,7%) y la construcción
(2%).
Según Alejandro Gaggero, sociólogo
que ha indagado en la tributación de grandes grupos económicos e
investigador de la Universidad de San Martín y el Consejo Nacional
de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), “llama la
atención lo baja que es la tributación de las empresas
constructoras”. Recuerda que “son muy fuertes en obra pública”,
y se pregunta “si se la puede vincular con la facilidad que parece
tener el sector para inflar los gastos de manera fraudulenta, como
facturas y subcontrataciones truchas”.
También resulta interesante
comparar el grado de contribución tributaria del promedio 2012-2015
de cada empresa respecto del sector al que pertenece y en relación
con compañías del mismo rubro de Australia, país que transparentó
los datos de 2013-2014 a toda la ciudadanía. A este tipo de
comparaciones se abocó la prensa australiana apenas se divulgaron
los datos allí, aunque de ellas no se puede concluir que tal o cual
firma haya evadido. A partir de los resultados de la investigación
de Chequeado, Gaggero observó que los niveles de tributación
argentinos se asemejan en general a los australianos.
En el Mundo
El Fondo Monetario Internacional
(FMI) calcula que las prácticas corruptas amasan casi el 2% del
Producto Bruto Interno (PBI) mundial, pero la ONG especializada en
evasión tributaria global Tax Justice Network (TJN) estima que este
flagelo se lleva el 5,1% de la economía planetaria. En la
Argentina, con lo que se pierde cada año del impuesto a las
ganancias podrían construirse 700 hospitales enteros. Cada hospital
cuesta $500 millones, según calculó este año el titular del PAMI,
Carlos Regazzoni.
La mayor fuga ilícita de capitales
de los países en vías de desarrollo no proviene de la corrupción
ni del narcotráfico ni de otros crímenes organizados, como a veces
se plantea, ni tampoco de las fortunas individuales que se
esconden en paraísos fiscales, como las reveladas este año por un
consorcio mundial de periodistas en los Panama Papers. TJN y otra ONG
especializada en evasión tributaria mundial, Global Financial
Integrity (GFI), advierten que la mayoría de los fondos se
escabullen por la manipulación de los precios de transferencias de
las compañías...
Fuente: Chequeado.com.
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