“... Para hacerse
una idea de lo que pasa, es bueno saber un poco de sus protagonistas.
Dilma es una presidenta impopular, en un país que atraviesa la peor
recesión económica en décadas. Pero es una presidenta honesta,
contra quien no pesa la menor sospecha de corrupción, como reconocen
sus adversarios y la prensa internacional. No hay ninguna denuncia
contra ella en la "Operación Lava Jato", la investigación
que acapara la atención del país desde hace dos años.
El juicio político
es conducido por el presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, el rey
del Lava Jato. Tiene cuentas secretas en Suiza y en la última
denuncia en su contra fue acusado de recibir 52 millones de reales
(unos 14,7 millones de dólares) en coimas. Jovair Arantes, diputado
que impulsa el pedido de juicio político, es hombre de confianza de
Cunha. El ex diputado Augusto Mardes, autor de la investigación que
dio origen al proceso ante el organismo de control llamado Tribunal
de Cuentas de la Unión, está investigado por recibir coimas
millonarias de una empresa acusada de evadir el impuesto a la renta.
Si Dilma es apartada
de su cargo, será sustituida por Michel Temer, que pasó los últimos
meses operando tras bastidores contra el mismo gobierno del cual es
vicepresidente. El Partido del Movimiento Democrático Brasileño
(PMDB), al que pertenece Temer, tiene un largo historial de
corrupción.
En el Lava Jato, el
PMDB acumula más condenados que el propio PT. Su rendimiento
delictivo sólo es superado por el Partido Progresista, que encabeza
el prontuario y que luego de hacerse una fiesta con los embustes
denunciados, a principios de la semana pasada decidió pasarse a la
oposición y ya anunció su apoyo al juicio político.
Es importante
recalcar que no hay un crimen específico que atribuirle a Dilma. Se
habla de sus "pedaleadas fiscales" -expresión inventada
por la prensa para describir las operaciones financieras entre
ministerios, empresas estatales y organismos de gobierno-, que está
lejos de configurar un delito, y mucho menos de la gravedad
suficiente como para conllevar la pérdida de un mandato
presidencial...”
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