domingo, 3 de abril de 2016

Entrevista a Victor Hugo Morales, que mañana vuelve a la radio

“... Sin el poder mediático, ningún gobierno neoliberal duraría más de 24 horas. Bastaría que Clarín hiciera una semana de periodismo en serio y justo para que no pudiese resistir, porque cualquier mentira o cosa injusta que diga no tendría forma de progresar. Ahora son una máquina de mentir autorizada. Hasta que, en la otra forma de hipocresía que tiene, el grupo dominante determine que quizás Macri empiece a servir menos a sus objetivos. Entonces, dará lo mismo Urtubey, Massa... Ya le están pegando a Macri, de vez en cuando. De hecho hay gente que por ingenuidad o torpeza cree que también le pegan a Macri. Y hasta Clarín podrá decir que también critica a Macri. Pero no es verdad. Lograron cambiar al país. Dentro del país de las corporaciones, va bien Macri, va bien Massa, va bien Urtubey, va bien cualquiera que sea obediente. Terminaron con un país. Ahora sí da lo mismo cualquiera. Por eso pueden ser críticos. Pero no es el mismo tipo de crítica; es desde dentro del sistema. Con el poder real puede ser presidente cualquiera...
Recién a comienzos de 2008 se produce un tajante cambio, que fue una verdadera gloria que ocurriese. Para mí, para la democracia, para el periodismo, para entender la vida, para saber dónde estamos parados, para redondearnos como profesionales. Los periodistas empezamos a jugar un partido en serio. Hasta ese momento, todos teníamos nuestros talentitos. Hacíamos el jueguito que hacemos los jugadores cuando entramos a una cancha de fútbol: la parás con el pecho, la bajás con la rodilla, se la pasás de taco a un compañero... Eso era el periodismo. De pronto, empezó el partido de verdad y ahí hubo que determinar de qué lado jugabas. El partido del periodismo se puso en marcha en 2008, con la reestatización de los fondos jubilatorios de las AFJP, hasta octubre de 2009 con la ley de medios... Fue un año y medio visceral de la vida del país. Hasta sin darnos cuenta tuvimos que tomar una posición. Hubo que renunciar a muchas cosas: pertenencias sociales, la comodidad de ser el “prestigioso relator” que todos respetaban...
Durante el kirchnerismo también hubo un discurso único. En la vereda de enfrente a ese discurso estaba el gobierno y algunos medios de comunicación, estimulados y alimentados por el gobierno, como no puede ser de otra manera, como se debe hacer en democracia. El gobierno también es el Estado. Y el Estado tiene derecho a defenderse de las corporaciones. El poder político de la gente tiene que tener mecanismos de defensa contra los que son “corporación”. Esto también lo aprendimos ahora. Toda la vida vimos al poder político como “el poder”. Sabíamos que había un “poder real” que tenía mucho peso, pero ahora aprendimos que son los amos del país y del mundo. Cuando reconocés que el poder real es mucho más fuerte que el político, te das cuenta de que la verdadera y corajuda oposición que se debe tener es contra el sistema, contra lo establecido, contra las corporaciones. Cualquiera es oposición contra el poder político....”

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