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A Marina García Navarro y Mauricio Vides Almonacid les robaron la
ilusión. La pareja de realizadores de cine de animación se mudó
desde Tucumán, en julio del año pasado, para trabajar en el canal
infantil Pakapaka. Vivieron 5 meses de un sueño que terminó el 10
diciembre. En las horas en que
Mauricio Macri se estrenaba la banda presidencial y ensayaba pasos de
baile en el balcón de la Casa Rosada, a ellos les llegaba
un mail avisando que no les renovarían el contrato... No nos queda un mango
y encima no nos
han pagado lo que nos deben desde mediados de octubre a diciembre”,
cuenta Mauricio mirando desde la ventana del piso 13 del departamento
porteño en el que viven y crean...
“Es
raro lo que nos está pasando porque después de haber trabajado
para Pakapaka, un espacio donde se hacían cosas copadas a nivel
educativo, ya que además dictábamos talleres de animación en
escuelas del conurbano y en el CCK, es como que nos merecemos
habernos quedado sin laburo.
Para
Marina una de las tareas más gratificantes de trabajar en Pakapaka
era el intercambio con los niños. “Íbamos a colegios de San
Miguel, Villa Ballester, por ejemplo, donde es difícil que los
chicos te presten atención pero una vez que empezábamos a hacer los
muñecos y filmábamos con las netbooks se enganchaban a full, y eso
nos hacía muy felices”.
Como
en un cuento
...En
el 2013 realizaron el cortometraje animado “El insomnio del
artista” y lo estrenaron en el 2014. Ganaron premios en la mayoría
de los festivales donde lo presentaron. Ese mismo año se
casaron.
Por
esos días Mauricio le envió un mail al director de “El secreto de
sus ojos”, Juan José Campanella, para que viera su trabajo y el
making off del corto. Campanella lo subió a su cuenta de Twitter y
escribió: Paren
las rotativas! Miren el nivel de lo que hace un grupo de jóvenes de
Tucumán. ¿Tim Burton? ¿Qué Tim Burton?
Fueron
elogiados por gente del cine, la prensa local, internacional y los
rebotes llegaron hasta Hollywood. “Nos contactaron de un estudio
de animación para ofrecernos trabajo allá. No pensamos que fuera
cierto”, dice Marina sonriendo con cierta timidez...
En
esos días estresantes de papeleos y llamadas a Estados Unidos
participaron dando un taller en el festival de cortos de Jujuy. Fue
allí donde alguien pensó: ¿cómo estos pibes no están
laburando para Pakapaka?
La
propuesta llegó pasados varios meses de aquel festival jujeño.
Decidieron que no tenía sentido seguir desgastándose con el papeleo
para trabajar en Estados Unidos y se mudaron a Buenos Aires con la
ilusión de quien llega a jugar en un club grande.
“Fue
una experiencia increíble para nosotros y estamos agradecidos por la
oportunidad pero no entendemos este método. Nosotros, como mucha
otra gente, somos laburantes y podemos demostrar lo que sabemos
hacer; no estábamos ahí por ser militantes y nos sentimos
orgullosos de haber sido parte un proyecto como Pakapaka”,
dice.
Hemos
presentado el currículum en distintos lugares y sentimos como un
desprecio por el canal sólo porque fue creado durante el
kirchnerismo”, dice Mauricio. Hoy
Mauricio y Marina tratan de buscarle la vuelta al laburo. “Algo va
a salir: a Tucumán no nos volvemos. Vinimos acá para ganarnos un
lugar y no nos vamos a entregar así nomás”.
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