Domingo
24 de Abril
El
Congreso Nacional de Delegados del Sindicato de Mecánicos y Afines
del Transporte Automotor (Smata), aprobó hoy "no montar en
las fábricas terminales ninguna pieza importada que a partir de la
fecha haya sustituido a una nacional".
Durante
las deliberaciones de la que participaron más de 2.000 delegados
porteños, bonaerenses, y de seccionales del interior del país, en
el Polideportivo que posee Smata en la localidad de Cañuelas, se
aprobó un documento con cuestionamientos al sector empresario y
reclamos al gobierno nacional.
Con
la presencia del titular de Smata, Ricardo Pignanelli, quién
pronunció un discurso de una hora -en el que aludió a la situación
social, gremial y política-, el secretario adjunto, Mario Manrique
fue el encargado de leer el documento, "El trabajo es la
suprema dignidad del Hombre. Tierra, Techo y Trabajo es el Objetivo".
En
el texto, dedicado a los trabajadores mecánicos, a la sociedad en su
conjunto y en especial a las autoridades nacionales, se indicó que
"la industria automotriz como toda industria pesada es
multiplicadora de mano de obra, cientos de miles de puestos de
trabajo se crearon y se podrían seguir creando si se tuviera la
verdadera dimensión de ella".
"Lamentablemente
-añade el texto- vemos con preocupación como los empresarios
(multinacionales globales) intentan cambiar las reglas de juego que
traccionaron el crecimiento durante casi 10 años, no sólo en las
terminales, sino en toda su cadena de valor que en la actualidad
cuenta con no menos de un millón y medio de puestos de trabajo".
Luego
de señalar que "muestra de ello es que hasta 2014, el
contenido nacional de los vehículos llegó casi hasta el 35 por
ciento y hoy no superamos el 20 por ciento", el comunicado,
aprobado por el Congreso Nacional de Smata, enumeró los motivos del
retroceso en la industria automotriz".
Tras
mencionar las "permanentes presiones de las corporaciones
para el ingreso de autopartes importadas y la reducción de los
aranceles a las unidades importadas y a la exportación", se
denunció que se quiere volver a priorizar el mercado externo por
sobre el interno, al aplicar "promociones de hasta un 40 por
ciento en la venta de unidades brasileras y al aumento de precios de
las unidades nacionales y los permanentes embates de precarizar el
trabajo a través de la tercerización de las fuentes laborales".
Seguidamente,
el texto destaca que "hoy el negocio es la importación y no
la producción" y ese es un "negocio que puede dejar sin
sustento a miles de compatriotas, sumiéndolos, nuevamente, en el
flagelo de la desocupación para volver a tener mano de obra barata y
flexibilización de hecho
, porque mucho se habla del costo laboral
que no nos permite ser competitivos y poco de la calidad de mano de
obra, que nos catapultó a ganar mercados de altas exigencias de
calidad".
En
su categórica crítica al sector empresario Smata afirma que "la
industria automotriz perdió la memoria y se olvidaron las empresas
que los compromisos asumidos en la nacionalización de piezas y,
ahora aumentan los precios porque el precio dólar de los insumos así
lo exige..que ironía..es el precio dólar que ellos mismos pedían a
gritos".
"Dos
más dos -añade- es cuatro. La especulación le quiere ganar al
trabajo, la desesperación a los sueños y la anarquía a la
organización. Sabemos que esta grave problemática se debe
atacar, contener y traccionar desde varios ángulos. No alcanza
nada más con la acción gremial y la unidad de concepción de los
trabajadores".
Al
respecto, el documento puntualiza que "debemos apelar al
entendimiento del Poder Legislativo y la predisposición del Poder
Ejecutivo, a que generen las herramientas necesarias para frenar la
sangría que hoy sufre nuestra industria y sentar bases de
crecimiento genuino".
Después
de reclamar "seguridad jurídica" para los trabajadores
mecánicos, "la misma que reclamaban las empresas para invertir
y hoy desconocen o buscan vacíos jurídicos para especular y
desabastecernos en pos de un mejor negocio sin contenido social",
anuncian que "enviamos a través de nuestros legisladores, una
ley de autopartismo al Congreso Nacional que obligue a las terminales
al desarrollo de piezas nacionales".
Asimismo,
Smata anticipó que tiene en "estudio y preparación otro
proyecto de ley que impida a todas las marcas que fabrican en la
Argentina, y que retiren su producción del país, a no poder
comercializar sus productos en el mercado interno durante 10 años".
El
documento finaliza con la decisión del Congreso Nacional de
Delegados de "no montar en las fábricas terminales ninguna
pieza importada que a partir de la fecha haya sustituido a una
nacional" y con la aclaración de que "no es nuestra
intención confrontar con nadie. No nos mueve el revanchismo ni
sentimientos políticos porque tenemos una responsabilidad superior:
El trabajo es el único vehículos del desarrollo individual y
colectivo".
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