Al cumplirse seis meses del gobierno
de Mauricio Macri, la imagen del Presidente sigue deteriorándose y
aumenta la llamada brecha negativa: son cada vez más los que
opinan mal o muy mal (52 por ciento) y son cada vez menos los que
opinan bien o muy bien (45 por ciento). Lo más llamativo es que
ya hay una proporción importantísima (43 por ciento) que opina
muy mal del Presidente, es decir que están corridos a la postura más
negativa. A diferencia de estudios anteriores, lo que se refleja
en este sondeo es que los ciudadanos no tienen buenas expectativas
para el segundo semestre. Nada menos que el 65 por ciento dice que
en su casa, en su hogar, van a estar peor y apenas el 34 por ciento
cree en lo que señala el gobierno de Cambiemos respecto de una
mejora en lo que resta del año.
Las conclusiones surgen de una
amplia encuesta realizada en forma exclusiva para Página/12 por la
consultora Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera
el sociólogo Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1.200
personas de todo el país, respetando las proporciones por edad, sexo
y nivel económico social...
Las preocupaciones de los
argentinos (en porcentajes)
Tendencia
Los estudios del CEOP evidenciaron
antes que todos los demás el paulatino deterioro de la imagen del
gobierno y del propio Mauricio Macri. La base, sin dudas, es que
se evalúa como mala la marcha de la economía. Desde diciembre,
Macri perdió doce puntos de imagen, venía de 58 y ahora está en
45,1, un dato que coincide con lo que ahora dice el resto de los
sondeos. Algunos le adjudican 50 por ciento de imagen positiva,
pero antes le otorgaban 64, es decir que la caída se verifica en
casi todos los estudios.
“La inflación, más la marcha de
la economía, se han convertido en las principales preocupaciones de
los argentinos desde finales de 2015 –señala Bacman–. La
curva de crecimiento de las críticas en los últimos seis meses es
realmente impactante. Junto con la economía, otro de los
grandes protagonistas de los desvelos de los argentinos en este
semestre fue la desocupación. En el último trienio esta
preocupación promedió alrededor del diez por ciento. Desde enero se
detectó una progresión que lo ubicó en el último trimestre
alrededor del 30 por ciento de preocupación. El dato por sí
solo no hay que tomarlo a la ligera: el tema está instalado con
fuerza, a tal punto que casi seis de cada diez argentinos
reconocen ante los encuestadores que conocen a algún familiar,
amigo, vecino que ha perdido su trabajo o debe soportar problemas con
su trabajo. No queda duda alguna que para un alto porcentaje de
la sociedad no es simple y sencillamente una sensación: es un
problema real y concreto”.
Clave
Para la mayoría de los estudios
realizados hasta ahora, la clave para Macri es que se mantienen las
expectativas, es decir que la gente ve las cosas mal –impacta la
inflación, el tarifazo, la caída en las ventas–, pero
supuestamente flota en el ambiente la esperanza de que las cosas van
a mejorar.
En lo que siempre es un dato clave,
la consultora que encabeza Bacman señala que, por primera vez,
los encuestados están pesimistas respecto de lo que pasará en su
hogar: 65 por ciento dice que en seis meses va a estar peor,
económicamente hablando, en el ámbito de su familia. Pero,
además, no hay optimismo en ninguno de los temas abordados por el
CEOP. “Siempre en un contexto donde la percepción de que todo será
peor es más alta –analiza Bacman–, la evolución de la situación
económica y la inflación son los aspectos que mejores porcentajes
de expectativas poseen. En definitiva las expectativas positivas
oscilan entre un 42 y un 44 por ciento; en tanto las negativas se
ubican en porcentajes más altos que oscilan entre el 51 y el 55 por
ciento. Los aspectos que más bajas expectativas despiertan son
el aumento de la conflictividad social (66,5 por ciento),
inseguridad y narcotráfico (64,7 por ciento) y desocupación (61 por
ciento). Los valores en estos tres casos son tan contundentes en
sí mismos que con solo expresarlos basta”.
Segmentación actitudinal
Un dato de la realidad es que la
sociedad está segmentada
El otro gran sostén del gobierno de
Cambiemos es “la pesada herencia”, es decir las críticas al
gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y la constante exhibición
de las excavadoras, las excursiones por Santa Cruz y el despliegue
hasta de movimientos intrascendentes en la causa que tiene como
imputado a Lázaro Báez. Pese a esa ofensiva, según la encuesta
realizada por el CEOP, la imagen positiva de CFK sigue algo por
encima del 41 por ciento.
Ciudades
El trabajo de Bacman analiza una
variable inédita en los recientes estudios de opinión pública.
“Una lectura más fina de los datos que contiene esta encuesta
–señala el sociólogo– nos permitió descubrir una nueva
variable que se convierte en la última clave para entender y
explicar los resultados. Y este factor descansa en la cuestión
demográfica: hoy el principal enojo y la mayor decepción con las
promesas de campaña de Cambiemos se centran entre los habitantes de
los grandes centros urbanos de nuestros país, circunscribiendo entre
ellos al principal enclave demográfico, que es la región
metropolitana, la ciudad y el Gran Buenos Aires y sus tres cordones.
Entre la mayor parte de estos ciudadanos urbanos la realidad ha
superado al deseo, el cambio dejó de ser un significante vacío y
sus consecuencias no representan a la Argentina que ellos esperaban.
En las ciudades más pequeñas y en el interior, todavía el deseo
sigue latente, y la esperanza –aunque golpeada por algunas
circunstancias– aún no está perdida de modo concluyente. Y esta
fuerte dicotomía demográfica va más allá del género, la edad y
hasta el nivel socioeconómico del entrevistado. En las grandes
ciudades es donde más se siente la crisis y en donde también más
les cuesta ver la luz al final del túnel”.
Algunos economistas vienen abonando
con datos esta mirada. Hubo una cierta bonanza relacionada con el
campo a raíz de la quita de las retenciones y es lo que explica que
en el mes de mayo, por ejemplo, se hayan vendido el doble de
camionetas de gran porte que los autos chicos más tradicionales. Eso
no pasó nunca hasta ahora.
Bacman se pregunta: “¿existe mal
humor entre los argentinos? Al menos desde los resultados de esta
última encuesta parece que sí y hasta ahora es creciente. Además,
la conclusión es que el peor humor social es el que acompaña
todos los días a los habitantes de las grandes ciudades de nuestro
país”.
raulkollmann@hotmail.com
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