El Centro de Documentación de
Empresas Recuperadas de la UBA, coordinado por el antropólogo social
Andrés Ruggeri, presentó un informe que resume el cuadro crítico
del movimiento autogestivo hoy. Después de años sin apoyo al
sector, el estudio alerta cómo impactan ahora las medidas
económicas del actual Gobierno nacional en las cooperativas:
tarifazos, apertura de las importaciones, aumento de insumos, suba
transporte, caída del consumo. Un combo que, dice, se completa
con “ataques políticos y judicial”. Aquí, el informe completo.
“El impacto del abrupto viraje
político y la política económica neoliberal que empezó a
implementar de inmediato el nuevo gobierno también afecta a las
empresas recuperadas por los trabajadores (ERT) y al cooperativismo
de trabajo en general, al igual que al conjunto de los trabajadores”.
Así comienza el informe Las
empresas recuperadas por los trabajadores en los comienzos del
gobierno de Mauricio Macri. Estado de la cuestión a mayo de 2016,
un estudio del Centro de Documentación de Empresas recuperadas del
Programa Facultad Abierta de la Universidad de Buenos Aires,
coordinado por el antropólogo Andrés Ruggeri, que fue presentado
ayer a las 18:30 en el Hotel BAUEN, una empresa recuperada.
El trabajo adquiere un peso y un
tono especiales en el actual mapa argentino: las cooperativas y
empresas recuperadas por sus trabajadores (ERT) realizaron el jueves
una gran movilización hasta el Ministerio de Energía en protesta
contra los indiscriminados tarifazos que pusieron en rojo la
situación de muchas de las experiencias autogestivas. La marcha,
que surgió de la articulación de una multisectorial contra el
ajuste en el propio BAUEN, logró la conformación de una Mesa de
Trabajo que discutirá un nuevo cuadro tarifario para estos
proyectos... dice Ruggeri a lavaca: “Las empresas recuperadas
están entrando en una etapa delicado. El tarifazo es factible de
solucionar, retrotraer, pero otras cosas no, y eso tiene que ver con
el contexto económico. Hay un mercado cada vez más difícil, donde
se agrega la apertura a las importaciones. Creo que el Gobierno es lo
suficientemente inteligente como para no salir a desalojar fábricas,
pero va a dejar que la propia economía destruya estas experiencias”.
El estudio que elaboró junto a su
Cátedra puntualiza que, hasta el 10 de diciembre de 2015, el “apoyo
estatal” se repartía en varios programas y áreas en diversos
ministerios y organismos: “Si bien no había una política
consistente o específica (como hemos señalado en los informes
anteriores), ni se la entendía como una política económica que
considerara a la autogestión como un actor de relevancia, estos
programas eran una importante contribución para las ERT a pesar de
su dispersión”.
Ruggeri: “El contraste está en
cómo el Estado trata a las recuperadas. Lo que había antes no era
lo ideal, pero por lo menos había alguien con quien hablar. Hoy no
hay nadie. Y si hay, te ladra. Por eso tenemos que pensar
estrategias”.
El cuadro tarifario
Según el informe, los problemas
que atraviesan las fábricas se ven en todos los eslabones de la
cadena: desde el aumento de los costos de insumos hasta el descenso
abrupto del consumo. En el medio, las variables
macroeconómicas como la apertura de importanciones y la devaluación
que encareció productos importados; y a escala micro, “los enormes
aumentos tarifarios, especialmente en electricidad y gas”.
Estos aumentos tarifarios, calculan varían entre un 200 y 700% en
la energía eléctrica, y hasta más de 1300% en el gas.
Aumentos de la tarifa de gas
entre febrero/marzo y abril/mayo de 2016.
Aumentos de la tarifa de agua
entre febrero/marzo y abril/mayo de 2016
Todos unidos
Al cuadro económico, se agregan
los vetos del Ejecutivo (como los tres de la gobernadora bonaerense
María Eugenia Vidal: el más notorio es el de Acoplados del Oeste,
expropiación que había votado hasta el propio bloque PRO) que
empujan a las cooperativas a un terreno judicial que, en la mayoría
de los casos, es hostil. Y hasta hubo una represión: “Al
momento del cierre de este informe se produjo el primer desalojo
violento de una empresa recuperada, Industrias RB. Como ya
mencionamos, se trata de un caso de evidente gravedad, por haberse
hecho a partir de una denuncia por usurpación cuando la fábrica se
encontraba amparada por una ley de expropiación y tenía más de una
década de funcionamiento”.
La pregunta es muy simple de hacer y
difícil de contestar: ¿cómo se costea este aumento? “Para las
ERT y las cooperativas de trabajo autogestionado en general la opción
de la reducción del plantel de trabajadores está excluida”, dice
el informe, “por lo que debe ser absorbida a través de los
propios ingresos de los trabajadores o la disminución de la calidad
y cantidad de la producción, lo cual lleva a la larga al mismo
resultado”. Es decir, precarización de las condiciones de
trabajo
.
Ante este panorama, Ruggeri
contempla distintos escenarios económicos:
“Posiblemente baje la inflación
porque va a bajar el consumo y la gente no va a tener plata para
gastar. Es un panorama difícil para las recuperadas, que en su
mayoría viven del mercado interno”.
“Supongamos que se retrotrae el
tarifazo. Eso va a dar un respiro, pero enseguida van a aparecer
otras situaciones que a mediano plazo van a ser cada vez más
asfixiantes”.
“La cuestión es lograr que las
cooperativas estén con unidad por un lado, pero con inteligencia,
que no empiecen los trabajadores a pensar que la autogestión no
sirve, que es culpa de ellos, que mejor venga un patrón, porque los
patrones son los que nos llevaron a la crisis. Hay que hacer lo
posible para buscar la complementariedad económicas”.
La salida propia que encontraron los
trabajadores fue, como en todo contexto de crisis, juntarse: “La
formación de la Multisectorial en el Hotel Bauen el 6 de junio es
una iniciativa promisoria e interesante para articular una
resistencia en conjunto del sector y con otros sectores igualmente
afectados”.
El estudio también compila el
relevamiento que lleva el Centro de Documentación de Empresas
Recuperadas que, como contrapeso de la estado crítico, trae buenas
noticias: hay 43 nuevas experiencias autogestivas en comparación
al último informe de diciembre de 2013.
Como primer dato, el Programa
observa que el ritmo de aparición y consolidación de nuevos casos
de recuperación de empresas siguió siendo sostenido en los dos
siguientes al último informe, que también había constatado esa
tendencia, lo que comprueba “la incorporación por parte de los
trabajadores argentinos de la posibilidad de la autogestión como una
alternativa viable para preservar sus fuentes de trabajo y recuperar
las empresas que los patrones cierran o abandonan”.
El estudio agrega que el nivel de
supervivencia de las empresas recuperadas, comparadas con las de
capital privado, es sustancialmente alto, aunque esa “dinámica
refleja todavía el contexto político y macroeconómico vigente
hasta el 10 de diciembre de 2015, antes del viraje neoliberal
provocado por la asunción del nuevo gobierno”.
Al cierre del informe en marzo de
2016, existían en Argentina 367 empresas recuperadas que ocupaban
a casi 16 mil trabajadoras y trabajadores. La mayor cantidad (119
empresas, 32,43%) corresponden al Gran Buenos Aires, que
obviamente agrupan a la mayor cantidad de trabajadores (5524,
34,64%). Le sigue Capital Federal, con 70 empresas y 2257
cooperativistas. En total, la región del AMBA agrupa casi la
mitad de trabajadorxs de recuperadas de Argentina.
El total de empresas recuperadas
por provincias:
El top five de rubros lo
componen:
72 metalúrgicas, con 3196
trabajadorxs.
50 de alimentación, con 1445
trabajadorxs.
38 gráficas, con 1519
trabajadorxs.
28 textiles, 1196 trabajadorxs
El quinto lo comparten
gastronómicas e industrias de la carne con 25 cada una (487 y 2092
trabajadorxs, respectivamente)
La distribución de empresas
recuperadas y trabajadores por región es la siguiente:
El ahogo
El estudio no oculta que “durante
los años de mayor recuperación económico en el período
kirchnerista” hay una notable desaceleración de las recuperaciones
desde 2005 hasta medidados de 2008; también es el período en el que
se verificaron más cierres de ERT. “A partir de 2008 empiezan a
volver a proliferar las recuperaciones y los conflictos por el cierre
de empresas, manteniendo desde ese momento un ritmo sostenido que, si
bien está lejos de tener la masividad del período 2001-2003, se
aproxima a un promedio anual de unos 15 casos por año”.
De 2013 a 2016 se explica la mayor
parte del crecimiento en número de trabajadores: 2077 trabajadores.
Pero: “A partir de diciembre de 2015 se transita una etapa de
regreso a las políticas neoliberales que llevan a la recesión y la
pérdida masiva de empleos, pero con el aditamento de un cambio de
actitud del Estado hacia las ERT, que pasó de la contención social
a la agresividad”.
Del 10 de diciembre para acá,
consigna el informe, el único caso de se pudo constatar de
recuperación de las fuentes de trabajo es el de la cooperativa del
diario Tiempo Argentino.
Y termina: “Planificada o no,
la política (hacia el sector) parece ser un ataque por varias vías
sin que aparezca -en lo posible- el gobierno directamente, siempre
con la justificación ideológica basada en la “inversión” y la
“eficiencia” en términos de mercado. Para eso además de
las señales de tolerancia a los empresarios vaciadores y hacia los
jueces para avanzar sobre las ERT existentes y posibles, el desguace
de las pocas herramientas estatales para apoyo, los ataques directos
a través de los vetos, se apunta al ahogo económico junto al resto
de la economía productiva”.
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