miércoles, 1 de junio de 2016

La cuarta revolución industrial

En enero de este año, Mauricio Macri participó del Foro Económico Mundial de Davos acompañado por el renovador Sergio Mazza y se mostró exultante en las redes. “Volvimos a Davos. Allí mantuvimos reuniones con mandatarios del mundo y ejecutivos de las más grandes compañías del planeta. De estos días vertiginosos hacemos un balance muy positivo en todo sentido”, indicó Macri en su cuenta oficial de Facebook. A pesar de que se reunió con David Cameron, olvidó absolutamente de mencionar Malvinas. Eso sí, estuvo con Joe Biden, quien le prometió “ayudar a la Argentina” para volver al mercado de capitales.
Ni Macri ni Massa se refirieron al informe que se presentó en esa cumbre sobre el trabajo en el mundo, sus desafíos y riesgos. Bajo el título “El Futuro de los empleos, habilidades y estrategias para la Cuarta Revolución Industrial” (The Future of Jobs Employment, Skills and Workforce Strategy for the Fourth Industrial Revolution), en el informe se hace un balance de las condiciones actuales y futuras requeridas en el mundo del trabajo y se recomienda un conjunto de propuestas de adaptabilidad a las necesidades de las grandes empresas multinacionales.
Ni Macri ni Massa cuestionaron una coma de ese informe central y lo aceptaron con la misma naturalidad que asimilan todos los dictados del capitalismo global, como si se tratase del movimiento de los planetas o la composición material de los astros. Macri celebró su reunión con los directivos de Coca-Cola, Shell y Total, y dijo: “Piden solamente estabilidad en las reglas de juego y están muy entusiasmados con el cambio”.
El informe en cuestión se basa en datos recogidos en entrevistas con los altos empresarios a nivel mundial que representan 371 industrias (ver recuadro “Las empresas que votan por el cambio”), sobre el talento de los trabajadores, qué se ajusta a sus necesidades específicas y la evolución futura de los mismos. Esas empresas emplean a 13 millones de trabajadores de nueve sectores diferentes de la industria con presencia en todos los países desarrollados y algunos emergentes del sudeste asiático (ASEAN), más Australia, China, Sudáfrica, India, Brasil, México y algunos países del Golfo (CCG).
Todo ello con el fin de adecuar el mundo a las necesidades de las grandes empresas, como revela sin pudor el propio informe: “Las ideas y los trabajos del proyecto se utilizarán para identificar las lagunas de competencias esenciales en base a las necesidades de la empresas. El Foro Económico Mundial juega entonces, un papel facilitador con el fin de avanzar el diálogo común”
El informe sostiene que el debate sobre las transformaciones del empleo estuvo fuertemente polarizado entre quienes prevén límites al crecimiento del trabajo y los que auguran desplazamientos masivos de puestos de trabajo. Y señala que “un objetivo principal es desempaquetar el impacto relativo de los distintos factores de cambio y proporcionar información específica sobre la magnitud relativa de estos cambios esperados por la industria, la geografía y el plazo previsto para el impacto en las funciones, habilidades y en los niveles de empleo”. Y advierte que “la cuarta revolución industrial ya está aquí y su impacto social será mayor que el de las anteriores”.
Según los altos empresarios, el cambio está promovido por factores socio- demográficos (modificaciones en la naturaleza del trabajo y la flexibilidad laboral, auge de las clases medias en los países emergentes, cambio climático y recursos naturales, volatilidad geopolítica, ética del consumidor y problemas de privacidad, urbanización creciente, etcétera) y tecnológicos (internet móvil, tecnología de nube, inteligencia artificial, aumento del poder de los procesadores, impresión 3D, biotecnología, etcétera). El informe se desmarca por completo de analizar la incidencia que la política mundial tiene en el origen de esos factores, en sus dispositivos de despliegue, en la orientación que asumen y en el impacto social, económico, cultural, sanitario y ambiental. Solo le preocupan “las lagunas de competencias esenciales en base a las necesidades de las empresas”.
A lo largo de la historia de la Humanidad los cambios tecnológicos destruyeron empleos y generaron otros nuevos. Pero solo desde el sesgado enfoque de Davos puede entenderse la naturalización de la conclusión principal del informe que prevé que en el futuro cercano la destrucción de trabajo superará con creces la capacidad de producirlo.
Evolucion prevista en el empleo en base a capacidades:

Sectores Empleos (en millones)
Administración -5,00
Manufacturas -1,60
Construcción y Extracción -0,50
Arte, Ocio y Comunicación -0,15
Legales -0,10
Instalaciones y Mantenimiento -0,04
Educación y entretenimiento 0,06
Ventas 0,30
Arquitectura e Ingeniería 0,33
Informática y matemática 0,40
Gestión 0,40
Negocios y Finanzas 0,50
TOTAL -5,40

El informe corrobora una pérdida de más de 7 millones de empleos en los próximos años y la creación de casi 2 millones de nuevos puestos. El balance produce una atroz caída de más de 5 millones de empleos en un universo de 371 empresas globales que, a mediados de 2015, registraba 13 millones de trabajadores.
En este contexto (que Macri conoce muy bien porque fue el eje de la reunión de la que él participó con Massa en Davos y que celebró como “el regreso al mundo de la Argentina”), el presidente habla cotidianamente de las virtudes de su modelo y de la generación de “empleo de calidad” como lo opuesto del “empleo inútil”, mientras promueve la legislación de “empleo joven” (que servirá para promover la rotación de empleos de larga data por otro nuevos y para ofrecerle a los jóvenes argentinos la opción de ser excluidos o de freír nabos fritos durante ocho horas diarias por cuatro mil quinientos pesos) y veta la ley anti-despidos que procuraba limitar las cesantías.
El informe concluye que las empresas irán en conquista de los talentos y señala que, para promoverlos, los políticos deberán impulsar reformas laborales y educativas para evitar el desastre.
El poder global está en manos de esas empresas que les dictan a los gobiernos centrales cómo conducir el mundo en base a sus propias necesidades autonomizadas ya del destino de la humanidad. Mientras tanto, el desafío de las democracias está en recuperar la política para imaginar un rumbo capaz de construir para los pueblos un futuro mejor que el de ser declarados obsoletos por las empresas que controlan las vidas y exigen cambios.
Las empresas que votan por el cambio
Entre otras firmas aparecen, Adecco Group, African Rainbow Minerals, Alghanim Industries, A.T. Kearney, AlixPartners, The Bahrain Economic Development Board, Bank of America, Bloomberg, Centene Corporation, Chobani, The Coca-Cola Company, Edelman, EY, GEMS Education, Heidrick & Struggles, Hubert Burda Media, Infosys, JLL, Johnson Controls Inc., LinkedIn, ManpowerGroup, Mercer (MMC), Microsoft Corporation, Old Mutual, Omnicom, Ooredoo, Pearson, PwC, Renault-Nissan Alliance,The Rockefeller Foundation, SAP, Saudi Aramco, Siemens, Tata Consultancy Services, Takeda Pharmaceutical, Tupperware Brands Corporation, Uber, Workday y WPP and Zain.

No hay comentarios:

Publicar un comentario