Pese
a transcurrir por el séptimo mes de gobierno de Mauricio Macri,
siguen existiendo variadas lecturas acerca de las razones que
posibilitaron la derrota del FpV. Partiendo de esto,
el antropólogo Alejandro Grimson
ensaya, en esta primera parte del extenso reportaje, una explicación
abarcadora de los causales del agotamiento del kirchnerismo como
oferta electoral y de su relación con la sociedad.
En tus últimas notas planteás
que hubo problemas de interpelación por parte del kirchnerismo a la
sociedad, como si en algún momento se hubiese dejado de hablar a
determinados sectores. ¿Qué evaluación hacés de la interpelación
que hizo el kirchnerismo a los diferentes segmentos de la sociedad?
Me
inclino más por hacer una lectura vinculada a la coyuntura actual y
a los intereses que tenemos en la coyuntura actual que como si
estuviera dando una clase de historia en la Argentina del 2050. Son
dos opciones distintas, porque si doy una clase de historia en la
Argentina de 2050 tengo que contar cómo ganó Néstor Kirchner,
tengo que contar cuáles fueron las primeras medidas, etcétera. Todo
eso hoy lo sintetizo en: los
12 años de kirchnerismo tuvieron como mérito principal la
ampliación de muchísimos derechos de los argentinos, mejoraron
procesos distributivos y al mismo tiempo no pueden ser leídos a
partir de los lentes de la corrupción.
Lo cual no niega que evidentemente hay un problema de corrupción,
pero yo no ví ningún proceso político en la historia mundial que
se lea a través de la corrupción. No se puede leer el kirchnerismo
de una manera en que no se lee ningún proceso.
El kirchnerismo es un efecto del
2001, es un efecto del agotamiento del neoliberalismo en toda la
región, está en sintonía con las particularidades argentinas, con
todo un proceso regional.
Entonces hacer una discusión como pretende el antikirchnerismo
recalcitrante, me parece simplemente un interés político
coyuntural. Me parece mucho más una intervención política que un
análisis político. Creo que, efectivamente, Néstor Kirchner habría
sido candidato en 2011 si no hubiera muerto. En ese sentido, la
muerte de Kirchner planteó muchos problemas, más allá del impacto
emocional. Y uno de los problemas fue el problema de la sucesión,
que fue uno de los problemas que analizó García Linera después de
la elección del referéndum en Bolivia.
Quiero
decir que no es un
problema argentino, es un problema que se plantea en Bolivia, que se
plantea en Venezuela.
Yo creo que hay un
problema que es la interpretación equivocada del 54% del 2011, que
no era todo voto kirchnerista. Hubo
sectores importantes del kirchnerismo que entendieron que era un voto
kirchnerista, que se podía replicar 2 años después, y que si se
replicaba 2 años después daba la posibilidad de una reforma
constitucional que permitiera la reelección. Esa es mi hipótesis de
por qué desde el
día que murió Néstor hasta hoy no se construyó una sucesión. Yo
no conozco otro tipo de hipótesis, estoy esperando que alguien me
explique otro tipo de hipótesis de por qué desde el 27 de octubre
de 2010 hasta hoy nunca se construyó una sucesión vinculada
ideológicamente al proyecto.
Decís que hay una lectura
equivocada del 54%, demasiado optimista, demasiado entusiasta.
¿Dirías que existió un plan a de reforma constitucional para una
reelección de Cristina y nunca un plan B con Scioli como candidato?
En
cuanto esa hipótesis se va consolidando,
aparecen las principales fracturas que se dan en el 54%, muy poco
después del 54%. Y todas antes de la elección de 2013. O sea, en el
54% estaba Massa, Moyano, De la Sota, etc. Entonces
esa cuestión planteó una situación que es: o estás conmigo o sos
el enemigo. En esta
polarización el kirchnerismo perdió mucho. En cuanto el
kirchnerismo se empezó a homogeneizar empezó a perder cada vez más.
Sin
embargo estoy convencido de una cosa contrafáctica que es que si
Cristina Kirchner hubiese firmado dos meses antes de las elecciones
de 2013 una declaración pública asegurando “yo no me voy a
presentar a una reelección”, yo creo que el FpV no era una
derrotado en la provincia de Buenos Aires en 2013. Esto es
contrafáctico, imposible de demostrar, pero creo que una parte de
ese voto fue contra la reelección. Como pasó en Bolivia, donde la
gente quiere el gobierno de Evo, pero no quiere que sea re-reelecto
Evo. Es difícil para este tipo de proyectos entender que las
sociedades quieren que gobiernen, pero que no sean reelectos
eternamente.
Deberíamos prestar más atención al voto de las sociedades
latinoamericanas porque tienen un voto complejo, un razonamiento
político complejo.
¿Los electorados son menos
personalistas que los dirigentes?
Plantean
a los dirigentes algo más: que
sean capaces de construir sucesiones y alternancias en su propio
proyecto político. Les piden a los dirigentes que sean capaces de no
ser imprescindibles. Ahora,
después de que se perdió en 2013, ya está claro al día siguiente
que no existe un proyecto de reelección y, sin embargo, no hubo
proyecto de sucesión.
¿Cómo explicás eso?
Eso es lo más impactante para mí.
¿Creés que a posteriori de
ese 54% cobraron importancia demandas que no entraron en la agenda
del gobierno?
Creo
que hay otro fenómeno que hay que agregar que es el
tema del cambio de ciclo económico, de la situación económica a
partir de la baja de las commodities. Muchas
veces se plantea que los gobiernos populistas están atravesando
momentos delicados o están sufriendo derrotas porque bajaron las
commodities. Mi opinión es que eso es economicismo puro. Es
creer que solo puede haber un gobierno de ese tipo cuando suben las
commodities. No hay acción política
digamos. Hay tres razonamientos. Uno
dice que es por la causa de las commodities, el otro razonamiento
dice que el factor principal es el enorme poder de los poderosos y la
otra explicación es que los procesos de inclusión y de generación
de clases medias derechizan a las poblaciones, que terminan votando
en contra de los procesos que generaron a esas mismas clases medias.
Son las tres explicaciones que hay. Mi opinión es que las tres
explicaciones son incorrectas, porque no asumen una cuestión central
que es qué hacen
los gobiernos y las fuerzas políticas con esos tres problemas. Es
decir, lo que hizo Cristina con la Década Ganada fue hablar del
pasado y el kirchnerismo empezó a dejar vacante el espacio del
futuro y lo ocupó Cambiemos. Con
los poderosos, los poderosos siempre fueron poderosos desde que tengo
memoria.
Creo
que en la política
una de las artes es intentar que no se junten todos tus adversarios
al mismo tiempo o que no se junten con sectores que podrían estar de
tu lado. No empujar de lugar al sector que tendría que estar de tu
lado. Es
decir, vos necesitás sumar más de la mitad de este lado y para eso
necesitás, como dice Gramsci, conceder
lo no esencial para preservar lo esencial, así que algo tenés que
conceder para que te den las cuentas.
Tercero, cuando hay procesos de inclusión, ahí viene la frase de
Martín Rodríguez que yo siempre repito, “la clase media es el
hecho maldito del país peronista”. Porque
el peronismo crea clases medias que no entiende. Lo que esa frase nos
enseña es que cuando vos generás un proceso de inclusión y generás
clases medias tenés que cambiar tus agendas.
Todo nos lleva a lo mismo: tenés que cambiar tu agenda de futuro,
tener sucesión y eso es lo que no hubo.
Los tres factores que vos
enumeraste son variables que vienen de afuera o, digamos, hechos de
la realidad ante los cuales los procesos políticos tienen que
responder de alguna manera. Obviamente que son condiciones adversas,
pero siempre está la posibilidad para la acción frente a esas
condiciones adversas. Ya que mencionaste a García Linera, sería la
diferencia que él postula entre explicar la ruptura del vaso por la
dureza de la piedra o por la fragilidad del vaso. En ese sentido, ¿te
parece que además del voto antireeleccionista, el Frente Renovador
pudo en 2013 acumular oyendo demandas o nuevas variables del
escenario social a las cuales el gobierno no estaba prestando
atención?
A
mí me gustaría hacer una distinción entre los factores
“commodities”, “poder de los poderosos” y el relativo a las
clases medias. Me parece que los dos primeros son la dureza de la
piedra en García Linera y el tercero es más complejo. Es decir, es
mucho más interactivo entre vasos-piedras, que algo totalmente
objetivo, o sea algo totalmente independiente de un gobierno como es
el hecho de que baja el precio de las commodities. En
el caso de las clases medias es algo que vos generaste, vos generás
clases medias que es lo que hay que generar, es más, los Argentinos
quieren ser clase media.
Si vos gobernás en Argentina tenés que tratar de construir un país
donde todo el mundo se sienta incluido, donde todo el mundo pueda ir
a la universidad, tener su casita, eso es lo que quieren los
argentinos.
La expectativa de ascenso
social.
Claro. Vos lo que no podés
pretender es que cuando lográs una parte de eso, la gente te esté
agradecida, porque vos tenés que estar agradecido de que te votaron
y no la gente agradeciéndote a vos. O sea, para mí es mucho más
interactivo. Te quería aclarar eso antes porque me parece que tiene
otra dimensión digamos.
Posiblemente no sólo no había
respuestas sino que había una estigmatización de eso. Recuerdo a
Cristina criticando a “los que habían subido la escalera y querían
patearla para que no subiera nadie más”…
Creo
que ahí hay un tema que es que cuando muchos funcionarios del
gobierno pensaban en la clase media, pensaban en la clase media que
viaja a Miami (que yo ni siquiera creo que sea ningún pecado moral
viajar a Miami). Pero, realmente estamos hablando del 10, 12 o 15 por
ciento del país. Creo
que hubo una diferencia entre lo que el gobierno creía que era la
clase media y lo que la población creía que era la clase media.
Efectivamente,
vos fijate que, en estos meses, se acabó la inseguridad en la
Argentina. Nadie habla más de inseguridad. ¿Por qué? Porque cuando
asumió Néstor Kirchner, tampoco nadie hablaba de inseguridad ¿y
por qué? Porque
había una muy alta tasa de desempleo. Obviamente
que el tema seguridad es un tema que le preocupa a los ciudadanos.
Ahora, el tema seguridad, si la situación económica con este
gobierno llegara a mejorar, cuando mejore, el tema inseguridad va a
crecer.
Es
decir, si los temas
económicos más candentes del día a día bajan, sube la inseguridad
entre las preocupaciones públicas.
Ahí hubo límites y problemas, incapacidad de respuesta. También
hubo una negación, que yo creo que son de los grandes errores de los
temas que vos planteás, que fueron los dos grandes temas digamos de
la campaña de Massa de 2013. Uno
de los grandes problemas de la última etapa del kirchnerismo de la
que estábamos hablando era la negación de problemas que para la
sociedad eran muy obvios. O sea, lo que para cualquier persona en la
calle eran muy obvios y el gobierno tendía a negar la existencia. No
había pobreza, no había inflación. Entonces,
ahí fue todo lo contrario a sintonía fina. Sintonía fina quiere
decir que vos escuchás y ahí no se escuchaba nada y me parece que
ahí hubo un problema grave.
Hace unos días se publicó un
reportaje a Gabriel Katopodis, intendente de San Martín, que
atribuyó que la perdida del 54% y la derrota electoral del año
pasado al hecho de que el FpV mismo dejó de representar y de
conectar con las preocupaciones de la sociedad. ¿Te parece que el
FpV hoy está escuchando las demandas sociales? ¿O qué otros
sectores políticos están escuchando esas demandas a partir de las
cuales se puede construir políticamente?
Primero
habría que ver qué es hoy el FpV. Porque
ya no es lo que era. Todos los meses cambia la fotografía del FpV.
En esta coyuntura existen 4 kirchnerismos.
Un kirchnerismo que yo llamaría el de la “lealtad a toda costa”
o los militantes,
gente que se consideran a sí mismos como soldados de Cristina, lo
plantean ellos así. Segundo, veo
un kirchnerismo que defiende la figura de Cristina pero que le
plantea un reclamo muy específico: que salga a caminar, que salga a
recorrer y que se convierta en la voz principal de la oposición.
Tercero, veo un
kirchnerismo que va a defender a Cristina si la atacan políticamente,
va a defender todo lo que se logró, pero tiene muchas preguntas
sobre el papel que está cumpliendo Cristina en este momento, en esta
coyuntura.
Cuarto, veo a un
kirchnerismo que defiende lo que se logró en los 12 años, pero que
tiene una visión ya más abiertamente crítica sobre el papel de
Cristina en este momento.
Hablando con distintos dirigentes del FpV veo esas 4 posiciones. Si
vos te seguís desplazando, te encontrás con un peronismo no
kirchnerista. Y a partir de ahí podés seguir y seguir. Pero eso de
seguir y seguir te muestra un proceso de desagregación, lo que se
llama un proceso centrífugo, que para
pensar cómo se logra fortalecer al campo popular y al progresismo
contra el proyecto neoliberal es uno de los problemas más riesgosos
de la coyuntura.
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