En
horas de la madrugada una patota de al menos 20 hombres
encabezados por el empresario Mariano Martínez Rojas ingresaron a la
redacción ubicada en Amenábar 23 y destruyeron las instalaciones
periodísticas y el depósito donde guardaban la ayuda solidaria que
reciben, lugares que minutos después de las 5 fueron recuperadas
por las y los compañeros.
En
declaraciones a medios periodísticos, los delegados Alejandro Wall,
Randy Stagnaro y Alfonso Villalobos denunciaron que los
trabajadorxs que se encontraban de guardia fueron amenazados con
navajas y golpeados, pese a que no opusieron resistencia.
Explicaron que de esta manera tomaron así la redacción, y
detallaron mientras esto ocurría, patrulleros vigilaban desde la
puerta como amparando el proceder. Desde adentro, la patota tapó
las ventanas para que no se viera lo que hacían adentro.
Estuvieron
toda la madrugada y cuando vieron que la policía dejaba pasar el
tiempo, la presión de los compañeros y luego de forcejeos pudieron
entrar tres compañeros con un policía para negociar con la gente
que estaba adentro, y recién a las 5 de la mañana pudieron tomar
dominio de la redacción.
“Los
matones se fueron, los dejaron ir, no hay detenidos, Martínez Rojas
estuvo hasta pasadas las 7:30”, detallaron.
Los
representantes de los trabajadores se relataron que “nos
encontramos destrozos de vándalos, no rompieron computadoras pero sí
cortaron cables, rompieron los casilleros personales, destruyeron
discos con información...”
Alejandro
Wall explicó que el hecho se produce en momentos en que se
desarrollan negociaciones para que los propietarios del edificio
pudieran recuperarlo. Al respecto, aclaró que Martínez Rojas no
es el dueño del edificio ni acredita ser el dueño del diario, es
simplemente un usurpador. En cuanto a la Cooperativa, el
trabajador señaló que al revisar la oficina donde guardan la
documentación, que fue ocupada, no parecía faltar nada.
Estimaron
que la intención fue amedrentar y tratar de evitar la salida del
diario. Recordaron que días atrás, Martínez Rojas con una
metodología similar tomó la planta transmisora de Radio América de
Villa Soldati y sacó del aire a la emisora que funciona en la
AM1190.
Los
compañeros de Tiempo Argentino y de Radio América convocaron a una
conferencia de prensa para las 9:30, y anunciaron que presentarán
una denuncia formal por el hecho.
El
empresario que dice ser el dueño de Tiempo Argentino y de Radio
América salió protegido por la policía, al igual que los
matones que destrozaron la redacción.
Los
delegados relataron que pese a la gravedad de los hechos la fiscal
Verónica Andrade no ordenó detención alguna, tampoco dialogó con
los trabajadores sino que quien mantuvo la comunicación fue el
comisario Aparicio de la seccional 31ª.
Los
delegados agradecieron la solidaridad puesta de manifiesto por
colegas de distintos medios de comunicación que dieron a conocer lo
que sucedía en el diario gestionado por sus trabajadores a partir
del vaciamiento propiciado por Sergio Szpolski y Matías Garfúnkel,
y continuado por el correntino Mariano Martínez Rojas, quien
encabezó la patota que amedrentó, golpeó compañerxs y destrozó
la redacción del medio del que dice ser el dueño.
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