Desde
el 1º de julio, en Metro 98.9 sólo se escucha la programación
porteña de grandes figuras nacionales como Matías Martin o Andy
Kusnetzoff. 24 horas al día de programas emitidos desde Capital
Federal, producciones de primerísimo nivel tan conectadas con Mar
del Plata y sus oyentes como lo estuvo la empresa con los
trabajadores que despidió.
Desde
hoy, en este inicio del segundo semestre macrista, hay 13 nuevos
despedidos porque a una empresa le sale más barato echar gente,
pagar indemnizaciones y poner una computadora que retransmita todo lo
que sale en Capital Federal. El humano perdiendo contra las
máquinas otra vez, como pasó con el fordismo, el taylorismo,
Terminator II y Matrix.
La
época de sintonizar la 98.9 y escuchar programación local se
terminó. Metro seguirá
sonando, con sus grandes y hermosos programas, con figuras nacionales
de cinco estrellas. Pero la 98.9 perdió la mística, una
mística que ya estaba resquebrajada cuando dejó de ser Rock and Pop
y se convirtió en Metro...
Alguna
vez, alguien se preguntará qué pasó con la tan discutida Ley de
Medios. Con la tan poco aplicada Ley de Medios. Alguna vez,
alguien se dará cuenta que la Ley de Medios no era sólo -sólo- una
pelea entre el kirchnerismo y el Grupo Clarín. También era una
forma de federalizar las producciones, de darles la oportunidad a las
ciudades del interior del país -hay
que aceptarlo, Mar del Plata es el interior del país- a
que construyan su identidad también a través de los medios. Era
una manera de obligar a los empresarios a que en las repetidoras de
las grandes radios haya programación local. Derogada parte de la Ley
de Medios se le dio rienda suelta al capital, como siempre.
El
segundo semestre empezó con un buen ejemplo del modelo de país que
se viene. Un modelo que privilegia a Capital Federal, sus grandes
empresas y figuras. Un modelo de país que no busca que se genere
identidad en las ciudades, pluralidad de voces, federalización de
oportunidades.
La
radio Metro 98.9 quedó vacía y cerrada desde este 1º de julio. En
la puerta del estudio en Torre de Manantiales hay un cartel que dice:
“No toque timbre, en esta radio no hay humanos para atenderlos.
Sólo máquinas“.
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