El Dr. Donato Spaccavento explica
por qué las políticas sociales y económicas que está
implementando este gobierno ya han producido casi dos millones de
pobres –1.700.000 según las fuentes–. Y la pobreza se asocia a
la insalubridad y a la enfermedad.
¿Cómo se ocupa el Estado de
la salud pública?
El gobierno nacional, al despedir
gente, está debilitando algunos programas, como el del dengue:
despidió a los conductores de los trailers que hacían la
fumigación interepidémica. Las autoridades demuestran una ineptitud
y una inmovilización tremenda. No están haciendo nada. No están
previendo. Van a pasar cosas terribles, aumentarán la mortalidad
infantil, la desnutrición, el dengue, las enfermedades
infectocontagiosas. Vamos a dejar de ser un país de transición
epidemiológica debido a las políticas económicas y sociales del
gobierno nacional que no están acompañadas por una prevención de
la salud. Las políticas sociales y económicas que está
implementando este gobierno ya han producido casi dos millones de
pobres –1.700.000 según las fuentes–. Y la pobreza se asocia a
la insalubridad y a la enfermedad.
¿Todo es responsabilidad de
este gobierno?
El gobierno nacional anterior, en
doce años, hizo cosas muy buenas, pero no hizo cosas que había que
hacer que eran estratégicas. Las cosas muy buenas son directas e
indirectas. Entre las directas, creó el Instituto Nacional del
Cáncer, el Plan de Vacunación, el Instituto Nacional de Medicina
Tropical, el programa Remediar, el Plan Nacer y el Programa Materno
Infantil. De las indirectas, la más importante -sin dudas- es la
Asignación Universal por Hijo, que incidió sobre la salud de los
argentinos y de los sectores más excluidos y más vulnerables.
Por lo tanto, profundizó el concepto de factores determinantes de la
salud: no la idea de que la salud es un problema físico únicamente,
sino que estamos atravesados por factores ambientales, sociales,
climáticos, psicológicos, espirituales, materiales, de todo tipo.
Lo que no hizo ese gobierno fue profundizar una transformación en
salud. No unificó, sino que fragmentó más. Les dio a los
gobernadores el manejo presupuestario de la salud. Las provincias se
fortalecieron en un pseudofederalismo sanitario que, en realidad,
usaba la plata de la salud para pagar los sueldos. Así es como los
hospitales provinciales son calamitosos en todas las regiones.
Estuve un año y medio como Ministro de Salud en la provincia de
Santiago del Estero. Dábamos el presupuesto para construir un centro
de salud y hacíamos un concurso ad hoc en ese mismo lugar para un
médico y un enfermero de la zona. Instalamos un dispositivo
sanitario para que la gente entrara en la red, en el sistema
sanitario: vinieron cinco mil personas a atenderse que nunca lo
habían hecho en ningún lado. Yo me quedaba dos días durmiendo en
el tráiler con 50 profesionales. Pero este tipo de actividades
que promueven la inclusión de los más vulnerables no se dan en
todas las provincias, porque depende de cada gobernador. Nosotros
fuimos parte de una intervención federal, a mí me mandó Néstor
Kirchner porque Santiago del Estero era un desastre. En la ciudad
de Buenos Aires no se hace eso. Acá los centros de salud funcionan
como hospitales periféricos, de mala atención, con pocos recursos.
No hacen promoción de la salud.
¿Afecta la suba en la tarifa
de los servicios a la salud de la población?
Ya hay más enfermos y víctimas por
enfermedades porque no pueden pagar el gas, el agua, la electricidad,
que son derechos humanos. Nadie puede vivir sin agua segura. La
electricidad afecta por dos cosas: por la cadena de frío en los
alimentos y por la temperatura ambiental. La hipotermia y el frío
producen enfermedades de por sí, y en esta época del año, con un
invierno que se adelantó, predisponen a enfermedades virales. Las
bajas temperaturas permiten dos cosas: por un lado que los virus
de la gripe y del resfrío funcionen mejor; por otro lado, el
sistema inmune funciona bien a 37 grados, y cuando hay frío, y uno
no puede calentar el cuerpo, esa temperatura baja y afecta al sistema
inmunológico. Por esos motivos uno tiene más tendencia a
enfermarse en invierno. En las guardias, según los datos que tengo
de observación y comentarios de colegas, hay mucha más demanda
este año que otros. El frío también aumenta la incidencia de
infarto agudo de miocardio, hipertensión arterial, accidente
cerebrovascular, artritis, dolores articulares, y cambia el
estado de ánimo, entre otras cosas. Todo eso se va a incrementar
en la medida que la gente no pueda calefaccionar sus lugares de vida.
El aumento de tarifas, el incremento de precios, la situación
económica y social, el aumento de pobres, produce también cambios
emocionales. Se dice que hay muchas más consultas por depresión
a causa de la situación económica. En Chequeo General hablamos con
psicólogos que nos dijeron que aumentaron muchísimo, este año,
las consultas. Se deben a la incertidumbre, la falta de trabajo y la
necesidad de estar cuidándote en todo, cuando veníamos
acostumbrados a vivir más dignamente.
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