Elebece
conversó con la economista Paula Español*, Directora de Radar
Consultora y ex Subsecretaria de Comercio Exterior de la Nación. Las
importaciones, la inflación, el déficit fiscal, los errores de
diagnóstico, la inserción argentina en el mundo, la situación de
la industria, las claves estructurales del desarrollo, el rol del
Estado y los riesgos de un modelo de exclusión y para pocos,
abordados desde la profundidad que brindan, una sólida formación
académica y un conocimiento acabado de la realidad del tejido
productivo y de la función pública.
Se
dieron a conocer datos oficiales que muestran un incremento de las
importaciones de bienes de consumo. Uds. desde Radar Consultora,
vienen estudiando este tema desde hace mucho tiempo. ¿Qué me puede
decir al respecto?
En
materia de importaciones se ve una tendencia en la que no solo
están creciendo las importaciones los productos que en general de
consideran sensibles, como textil, indumentaria, marroquinería,
juguetes, calzado, en donde tenemos un incremento de entre el 20 y el
30 porciento, que además, por ejemplo en marroquinería se
aceleró 90 por ciento en los últimos meses. Todos esos son
sectores que además tuvieron una caída de la demanda por caída
del salario real de entre el 20 y 30 por ciento según el sector.
Entonces, la combinación de la suba de las importaciones con la
baja de la demanda interna está teniendo un fuerte impacto en estos
sectores que son mas Pymes, más sensibles y mas mano de obra
intensivos. Ahora bien, pero esta suba de las importaciones se
está dando también en muchos otros sectores que no son mano de obra
intensiva, como es el caso de la línea blanca, donde se ve, por
ejemplo, una suba fuertísima de las importaciones de heladeras; a
seis meses de la asunción del gobierno ese crecimiento fue del 200
por ciento con relación al año anterior y ya se importó largamente
más que todo el 2015 completo…
En
el gobierno dicen que mucho de eso se debe al atraso de muchas
importaciones que venía del gobierno anterior…
–Eso
no es así, es una excusa. No es que las importaciones estaban
paradas, las liberaron ellos. Además, ese supuesto efecto ya
se terminó y las importaciones siguen siendo altas. Y más allá
de a quien le echen la culpa, si eso fuera cierto, con un mercado
que se cae ¿qué van a hacer entonces? ¿Tienen pensado directamente
cerrar las importaciones en este segundo semestre? Me cuesta creerlo…
La verdad es que todo lo atribuyen a la “pesada herencia” ¿pero
el crecimiento de las importaciones de autos qué es? ¿Son
importaciones atrasadas? No, son autorizaciones que siguen existiendo
por su política. Y lo que tenemos es una suba de la participación
de autos importados por un doble efecto: aumento de las importaciones
y baja de la producción nacional que se ve en las paradas de planta,
las suspensiones, etc.
Volviendo
al tema de las importaciones por sectores, me decía…
–Si,
lo que le decía es que están muy diversificadas y también hay
sectores, como la química de consumo, en los que se observan
incrementos muy fuertes, en motos terminadas la suba de supera el 200
por ciento, es muy fuerte. Pero además, hay sectores como los de
maquinaria agrícola en los que también suben las importaciones y es
interesante observar eso. Uno de los sectores principalmente
favorecidos por la política del gobierno fue el sector agropecuario
y entonces se podría pensar que ese sector debería traccionar las
inversiones en sectores afines como agroquímicos y como maquinaria
agrícola. Pero no ocurre eso. Lo que está sucediendo es que esa
tracción arrastra fundamentalmente importaciones. El esquema no
está funcionando.. La prueba está en que en tractores, para lo
cual hay una capacidad productiva nacional muy fuerte que podría
cubrir el incremento de demanda, la importación subió un 85 por
ciento en seis meses. Eso es consecuencia de que no hay una
administración estatal adecuada para favorecer la producción
nacional articulando con uno de los pocos sectores que hoy podría
traccionar como es el agrícola.
El
derrame no funciona…
Lo
que pasa es que el gobierno tenía un esquema macroeconómico que
a partir de nuevos precios relativos buscaba fomentar las inversiones
(la famosa “lluvia de inversiones” que no está sucediendo) y
expandir las exportaciones. Lo cierto es que eso no sucede.
Hubo una fase inicial fuerte de liquidación de stocks agropecuarios
pero ahora en el sexto mes se derrumbó la liquidación de
producción agropecuaria y las exportaciones de origen industrial
están cayendo fuertemente. Y cuando se llega a este punto se
suele decir “el problema es Brasil y el problema son los autos”
dado que el 75 por ciento de la venta de autos la hacemos a Brasil y
al caerse Brasil se nos caen las exportaciones. Pero la verdad es que
no es el caso. Porque también se derrumban las exportaciones de
origen industrial de sectores como química de consumo un 22 por
ciento, como agroquímicos un 30 por ciento y como autos y autopartes
a otros destinos que no son Brasil. La metalurgia se cae un 27
por ciento a Brasil, pero ese mismo guarismo se cae al resto del
mundo, la química de consumo cae a Brasil en un 21 por ciento pero
cae también un 16 por ciento al resto del mundo ¿Se entiende?
Quiere decir que estamos en un problema que no tiene que ver
solamente con el cambio de precios relativos y en consecuencia no
se está dando el efecto que buscó el gobierno de traccionar la
economía, no ya por el consumo y el mercado interno, sino por la
“lluvia de inversiones” y por las exportaciones. Buenos, eso
no está funcionando…
En
el gobierno sostienen que si al campo le va bien a la Argentina le va
bien…
Eso
no es así. Para que a la industria le vaya bien tiene que haber
un modelo económico que promueva el desarrollo del sector
productivo con diversas herramientas. Entre ellas la administración
del comercio, para poder articular con un mundo que evidentemente no
demanda nuestros productos o que tenemos dificultad para colocarlos.
Hace falta construir una plataforma de producción que le permita a
las empresas vender para poder ser más competitivos, porque si se
achica el mercado interno se le quita escala y capacidad de
producción a las empresas nacionales y se les vuelve más
dificultoso el poder exportar. Cuando se dice “si al campo le
va bien a la Argentina le va bien” se pierde de vista que la
Argentina empezó a producir tractores en los años ´50 y cubrió su
demanda completamente con producción nacional cuando se tomó una
clara política industrial de sustituir producción externa por
interna, porque la Argentina demandaba esos bienes industriales a
partir del sector agropecuario. Cuando se dejó de tener esa
política a partir del año 1976 y en los noventa en particular, se
derrumbó la producción de tractores en la Argentina y se empezó a
recuperar nuevamente a partir del 2003. Si uno observa ese
ciclo, se ve que no tienen que ver con el ciclo agropecuario,
sino que tiene que ver con un modelo de desarrollo industrial
impulsado desde una política general desde el Estado. Eso es lo
que hay que tener presente y es uno de los elementos que quiero
marcar. Si la demanda que se genera se tracciona abiertamente al
mundo, muy probablemente sean las importaciones las que cubran esa
demanda.
El
gobierno no parece creer en eso sino en que el cambio en los precios
relativos y la apertura empujaran las inversiones.
Sí.
Pero además hay otro mito que hay que derribar dentro de esa idea
de que automáticamente una devaluación genera un aumento de las
exportaciones –que, como se ve, no sucede, dicho sea de paso—y
es que si se abren las importaciones completamente enseguida se
verifica una baja de la inflación. Y tampoco es así. De hecho
lo otro que no están pudiendo controlar es el proceso
inflacionario dentro del cual, lo que se llama inflación núcleo
entre abril y mayo en vez de bajar, subió ¿Y por qué sucede
esto? Porque tienen un esquema macroeconómico y una teoría que
dice que si se baja la oferta monetaria y si se tiene una tasa de
interés alta, baja la inflación y la verdad es que la inflación
es un tema complejo dentro del cual una pata importante es el tipo de
cambio y siempre las devaluaciones tienen un efecto inflacionario
fuerte. Quizás a mediano y largo plazo, con esta apertura,
cuando se haya destruido todo el tejido industrial nacional, baje
la inflación, pero en el medio podían traer todas las naranjas
españolas que quisieran y mientras eso pasaba el kilo de naranja
estaba en 40 pesos. O pueden traer toda la indumentaria que
quieran mientras un jean de marca en un shoping sigue siendo carísimo
¿Es el problema del costo del jean? No, es el problema del costo
local en ese centro comercial.
–Y
ahora algunos plantean una quita adicional de retenciones a la soja
del 5%
Algunos
creen que la quita de retenciones es una solución mágica y no es
ninguna solución. Además de que tienen un efecto inflacionario,
tiene que quedar en claro que no tienen el efecto que se esperaba en
el impulso de las exportaciones, que es lo el gobierno buscaba. El
gobierno quería incentivar a los productores y exportadores para
que liquiden sus stocks y además exporten, una medida
pro-exportación. ¿Y qué es lo que sucedió? si se miran los
datos se ve que la economías regionales, que también reclamaban
esas medidas, no están pudiendo exportar. ¿Qué pasa con la
minería, por ejemplo? Yo lo invito a que hablemos en seis meses y
veamos a lo largo de un año cual fue “lluvia de inversiones”
que se logró en el sector minero gracias a la baja de retenciones
(que además significó un fuerte incremento del déficit público
que ellos dicen que quieren bajar) Quiere decir que las
soluciones simples como la baja de retenciones y la devaluación, no
son soluciones a problemas mas estructurales que tienen algunas
economías regionales o que se pueden presentar con un mundo que no
nos compra y antes nos compraba porque Rusia, Brasil y otros países
lo hacían. Se ve en la producción frutihortícola, es muy
claro. Nuevamente, creo que es una enseñanza lo que está pasando
para aquellos que no creían que era así: no hay soluciones mágicas
a este tipo de problemas.
Mencionaba
el déficit público y todo parece indicar que es un tema clave en el
que tampoco están pudiendo controlar la situación…
–Lo
que pasa es que con esta idea de que al reducir los subsidios iban
a lograr reducir el déficit y entonces reducirían la emisión y la
inflación, etc. no se da. La inflación sigue y el déficit va a
terminar como mínimo en los mismos niveles que el año pasado.
Hay errores de diagnóstico muy fuertes. Lo que están
haciendo es suplir la brecha externa de necesidad de dólares y
la brecha fiscal para cubrir el déficit público que no están
pudiendo reducir, con endeudamiento externo. Están queriendo
velar estas dos brechas a través del endeudamiento externo y esa
es otra de las enormes luces rojas que tenemos. Ahora pareciera
que dejaron de ser un problema el tema de las reservas porque entran
dólares, porque efectivamente el mundo está con tasas de interés
muy bajas y la Argentina está pagando tasas de interés entre el 7 y
el 9 por ciento anual en dólares cuando la tasa de interés a diez
años en EEUU es de alrededor de uno y medio y las tasas de corto
plazo están entre 0.25 y 0.50. La Argentina se ha convertido en
un enorme negocio financiero. La Argentina ya acumuló 27.500
millones de dólares de deuda en estos pocos meses en todos los
niveles del Estado y unos cuatro mil millones del sector privado y
ese proceso crece. En lugar de la lluvia de inversiones
productivas reales hay una lluvia de dólares de inversiones
financieras y hay un veloz nivel de endeudamiento que está velando
las brechas externa y fiscal. Todo eso, por el momento, sin tener
en cuanta cuando se relance la obra pública probablemente en los
próximos meses y sobre todo el año que viene, que es un año
electoral.
Entre
los errores de diagnóstico se cuenta una visión oficial sesgada del
mundo…
El
tipo de inserción internacional de la Argentina que buscan no es
otra cosa que el correlato del modelo de país que ellos tienen, que
es fuertemente un modelo agroexportador y de servicios. Por eso
volvemos a mirar al TPP a Estados Unidos y a la Unión Europea, con
quienes claramente nuestro relacionamiento externo e integración
no va a ser en base a la industria sino que será en base a que al
agro le vaya bien pero que los tractores no sean argentinos sino que
los tractores y los agroquímicos sean de otro país. Entonces
creo que no solo tiene que ver con una mala apreciación del mundo.
En todo caso la mala apreciación tiene que ver con que nosotros
íbamos a tener un relanzamiento de exportaciones fenomenal con el
cambio de esquema macroeconómico y eso no está sucediendo. Pero
están aprovechando para endeudarse fuertemente y están planteando
nuevamente un modelo de país de exclusión y para pocos argentinos.
Por eso insisto en algo que ya hemos dicho: al agro le tiene que ir
bien, eso es necesario. Pero le tiene que ir bien en equilibrio
con el sector industrial y eso hay que administrarlo, no sucede
automáticamente. Eso requiere de un Estado, de una planificación y
de una política económica que tenga en mente la necesidad de
desarrollo industrial y de inclusión social en base al trabajo.
Todo eso exige un Estado detrás, que haga que al agro le vaya bien y
a la industria también, si no, directamente no sucede.
Por
último, ayer se promulgó la ley de blanqueo que el gobierno
denominó Programa Nacional de Reparación Histórica para Jubilados
y Pensionados…
–Sí.
Y creo que es muy polémico que hayan utilizado una excusa como la
deuda con los jubilados para legitimar un blanqueo que tiene un
montón de condiciones que son muy discutibles, tanto
en términos de lo que realmente va a ingresar como de lo que estamos
permitiendo blanquear, y además va a generar un
importante agujero fiscal hacia adelante que se ubica entre uno y dos
puntos porcentuales del PIB en el flujo de jubilaciones que se va a
pagar hacia adelante, lo que implica una desfinanciación fuertísima
del sistema previsional que nos trae a la memoria lo que fue la
reforma de la AFJP del año 1994 y como desfinanció al Estado.
Además, la baja del impuesto a los Bienes Personales a una tasa
del 0.25 por ciento. Entonces, el problema no es solo el blanqueo
en sí, sino todo el paquete de esa ley ómnibus que se aprobó y que
estoy segura que en unos años vamos a ver el efecto absolutamente
pernicioso y negativo que tendrá para toda la economía argentina.-
*Es
economista (UBA) y doctora en Economía (EHESS) de París, Francia.
Fue Subsecretaria de Comercio Exterior de la Nación, directora del
Centro de Estudios para la Producción (CEP) del Ministerio de
Industrias y gerenta de Administración y Finanzas de CAMMESA. Es
vicepresidenta de la Asociación Argentina para el Desarrollo
Económico (AEDA) y docente de grado y postgrado de la UBA.
Actualmente es Directora de Radar Consultora.
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