CLARIN.COM
– 27/09/2017 -
El
subalférez Emmanuel Echazú continúa en observación del Defensor
Oficial Fernando Machado. Según le indicó el abogado a Clarín, una
vez que el nuevo juez, Gustavo Lleral -hoy a cargo de la causa por la
desaparición de Santiago Maldonado en reemplazo del desplazado juez
Guido Otranto-, se instale en Esquel pedirá una audiencia para
ofrecerle el material y la hipótesis recolectadas sobre el gendarme
y su posible participación en los eventos del 1 de agosto.
“Creo
que puede ser útil, mi intención es explicar las sospechas que
he tenido desde el principio sobre este gendarme y las circunstancias
en que se hirió. Si se analizan las fotografías parece que sus
lesiones son producto de una pelea. Yo todavía no tuve acceso a
los estudios médicos ni al informe de la ART”, dijo.
Las
fotografías analizadas por Machado son tomas de la televisión que
muestran al subalférez observando fijamente hacia adelante, como en
estado de shock. En su rostro alcanzan a observarse cinco lesiones.
Lo llamativo es que, según declaró el propio comandante del
Escuadrón 36 de Esquel, Juan Pablo Escola, Echazú sólo recibió un
impacto y de una sola piedra. A propósito de esto, sufrió doble
fractura facial. Sin embargo, las imágenes dejan ver una herida
al costado de su ojo derecho, la lesión en el pómulo
–donde se generó la fractura--, por la que cae un hilo de sangre,
una lesión en la mejilla, acompañada de una notoria erosión en la
piel similar a un raspón, una rasgadura o arañazo en el mentón y
finalmente una marca roja en su cuello que se extiende hacia atrás.
Machado sospecha que todo este conjunto podría ser consecuencia
de una pelea durante la cual alguien lo tomó fuertemente del
cuello a Echazú.
Alrededor
de las 11,40 una fotografía muestra a Echazú regresando en
solitario del río con una escopeta anti tumulto en las manos. Ya
tenía las lesiones que minutos después fueron curadas por un
enfermero. De acuerdo a la declaración hecha por el cabo Aníbal
Cardozo, este mantuvo un breve diálogo con Echazú cuando se
cruzaron cerca del río.
-¿Qué
te pasó?, le consultó Cardozo
-No
sé qué me pasó, habría sido la respuesta del subalférez.
El
momento de la lesión de Echazú es clave por otro motivo. Debido
al impacto es que el comandante Escola justifica el ingreso a
Cushamen bajo la figura de “delito flagrante”. Es decir, que ya
no necesita la orden del juez para desarrollar el operativo de
seguridad en el área. El ataque a un agente sostiene su orden.
Escola
declaró a la Justicia Federal que Echazú fue herido poco antes del
ingreso. Aunque, también dice, que se percató verdaderamente de la
lesión cuando todos volvían de la zona del río. En su testimonio
el comandante detalla que antes de ingresar al Pu Lof estaban siendo
atacados desde varios flancos. “...pude ver a 5 personas también
encapuchadas. En un momento nos tiraban de frente y de costado,
siendo flanqueado. Ahí veo que el sub alférez Echazú, recibe un
piedrazo en la cara lesionado, y veo hacia atrás y el costado que el
personal estaba recibiendo piedrazos también en sus cuerpos”,
relata Escola. “(...) ya más tranquila la situación veo al sub
alférez Echazú tiene el pómulo derecho inflamado y un corte, lo
hago atender por un enfermero que le realiza las primera curaciones”,
detalla más adelante cuando el operativo había llegado a su fin.
El
comandante no menciona que Echazú tiene cuatro heridas y marcas más
en su rostro.
En
los estudios médicos posteriores solo se destacan las fracturas pero
ninguna otra lesión o herida. “Fractura del arco medial del
arco cigomático derecho, con leve desplazamiento de las partes
óseas. Fractura distal de la silla turca a nivel orbitario externo,
con fragmento libre. Burbuja aérica en ojo derecho (entre párpado y
globo ocular). Cráneo sin lesiones evidentes de origen traumático.
No se evidencian hematomas ni focos edemáticos del tejido cerebral.
Línea media sin desviaciones patológicas”, indica
el informe del centro de diagnóstico por imágenes ESBAR de Esquel,
al que tuvo acceso Clarín. El Certificado Médico laboral confirma
sin entrar en detalles: “Carácter de la Lesión: Grave.
Tiempo Probable de Curación: Indeterminado”.
En
la hipótesis de Machado, Echazú pudo haber mantenido una lucha
cuerpo a cuerpo con Maldonado. Este le habría proporcionado un golpe
en el rostro --tal vez con una piedra-- y los rasguños que el
subalférez tenía en la cara podrían ser la obra de un desesperado
joven. Siempre en esta línea argumental al menos otras dos
personas habrían acompañado a Echazú. Machado especula,
basándose en las declaraciones de los gendarmes, que en el río
estaban . Esto en coincidencia con la declaración del cuestionado
testigo, Matías Santana, quien aseguró que tres gendarmes golpeaban
al tatuador el mediodía del 1 de agosto.
El
cabo Darío Zoilán (disparó su arma contra unos ocupantes que
estaban detrás de unos arbustos), el sargento Juan Carlos Pelozo
(que grita: “¡tenemos a uno!”) y el gendarme Neri Armando
Robledo (que reconoció haber tirado una piedra contra un militante).
Por otro lado, Echazú fue el único miembro de la fuerza que inició
acciones legales, por lesiones graves, en contra del grupo de
manifestantes que cortaron la ruta el 31 de julio y 1 de agosto, un
hecho que derivó en su fractura. El subalférez se encuentra por
estos días de licencia médica indefinida.
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