ELCIUDADANO.CL
– CHILE - 16/10/2017 - - -
Nueva
cita electoral en Venezuela. Sí, han leído bien: elecciones en
Venezuela. Es la número 22 en los últimos 18 años. Un
promedio muy superior a lo considerado como “normal” para
cualquier democracia. Esta vez, el turno fue para las regiones. Y el
chavismo ha vuelto a ganar en las urnas: ha logrado vencer en muchos
más estados que la oposición (17 a 5; falta Bolívar por
dilucidar). Tres cuartas partes de las gobernaciones serán
gestionadas por el chavismo. En votos nacionales, también se
consigue una significativa mayoría (54%).
A
la luz de estos resultados, cabe presentar algunas conclusiones
preliminares:
1
- A la Revolución Bolivariana le gusta votar. Se vuelve a
demostrar que su camino transita obligatoriamente por la vía
electoral. Es condición necesaria aunque no suficiente. La
democracia para el chavismo es mucho más que el acto de votar. Sin
embargo, lo electoral es innegociable como premisa básica en el
proyecto político. Pero incluso hay algo más: al chavismo le
encanta la batalla electoral. La dirigencia y sus seguidores se
visten de gala en cada acto de campaña. Que nadie se lleve a engaño:
la importancia que Chávez le dio a las elecciones caló en el
pueblo venezolano en forma irreversible. Y el Presidente Maduro
ha seguido en esa misma tónica: 5 elecciones en menos de 5 años. Y
el próximo año, tal como está previsto según los tiempos
constitucionales, habrá elección presidencial.
2
- El fin del chavismo es una profecía auto incumplida. Infravalorar
el legado de Chávez es verdaderamente desconocer la Venezuela del
siglo XXI. A pesar de las tensiones que puedan surgir al interior
del bloque hegemónico, el chavismo como identidad política es
mucho más sólido de lo que algunos desean. Como cualquier
proceso político, se atraviesa por diferentes etapas que provocan
mutaciones, contradicciones y desafíos que superar. Sin embargo, el
chavismo tiene como esencia crecerse frente a la adversidad. Frente a
las amenazas de Trump, bloqueos financieros, declaraciones de la OEA,
guarimbas que ocasionaron muchas muertes, frente a tantos y tantos
intentos de presentar a Venezuela como lo que no es, el chavismo
tiene claridad política sobre la importancia de la unidad a pesar de
las legítimas divergencias y críticas que puedan sucederse.
Además, el chavismo es algo más que un gobierno chavista. Es una
mayoría que casi siempre decide en modo plebiscitario sabiendo
elegir que es lo mejor entre proyectos políticos diametralmente
antagónicos. De la misma manera que en su momento creyó
necesario dar un tirón de orejas a sus gobernantes en las pasadas
legislativas, luego apoyó masivamente la constituyente. Y ahora,
nuevamente, decide mayoritariamente que el chavismo ha de ser
quién gestione a los estados del país para superar una situación
complicada.
3
- La oposición no sabe que hacer. En este caso, en esta vereda
opositora, la unidad, a pesar de sus siglas, brilla por su ausencia.
No es monolítica ni homogénea por mucho que se lo quieran
imponer desde el Norte. La historia política venezolana también
cuenta aunque ciertos medios de comunicación lo quieran desconocer.
La vieja partidocracia opositora está tan presente que hace muy
difícil que se renueve el campo político de confrontación. A
la gente de a pie le trae sin cuidado que se ruede una película
de ficción en la OEA con el juramento de otro tribunal de justicia
que jamás tendrá efecto en el país. Tampoco le interesa que la
oposición pierda el tiempo en debates leguleyos alejados de la
cotidianidad. Cuanto más pasa el tiempo, más improbable resulta
que exista una oposición acorde a lo que el país necesita en este
tiempo histórico. Y si a eso se le suma su carácter
esquizofrénico en torno a aceptar o no la vía electoral, entonces,
pasa lo que pasa: siguen sin ser alternativa real.
4
- A una parte del mundo no le agrada la Paz. Después de algo más
de dos meses, en los que no ha habido muertes ni violencia, Venezuela
ha dejado de ocupar portadas. Esta elección ha sido tratada en
do menor. ¿Sabrían de antemano que la mayoría venezolana volvería
a votar a favor del chavismo? Es paradójico que tras haber
dedicado ríos de tinta a exigir elecciones, ahora que las hay, no
interesan.
En definitiva, la cita electoral
ratifica el voto de confianza de la ciudadanía venezolana a su
gobierno. Gana la Paz; gana la Constituyente. La participación
ha sido muy elevada: algo más del 61%. La más alta en regionales
de Venezuela en el siglo XXI. Por encima por ejemplo de las
últimas regionales de México, Chile y Colombia. Y a partir de ahora
el chavismo tiene el reto de trabajar poniendo el oído en el
territorio, atendiendo a las demandas de la gente, sabiendo que hay
problemas, pero también teniendo claro que sí hay alternativas, y
que hay que buscarlas hasta encontrarlas pero sin acudir a la
pérdida de soberanía ni poniendo en riesgo todo lo logrado
socialmente en estos años.
Alfredo
Serrano Mancilla - Director CELAG
No hay comentarios:
Publicar un comentario