LAVACA.ORG
- 09/10/2017
El
Estado asegura que “investiga todas las hipótesis”, pero la
causa judicial sigue sin ordenar medidas concretas para esclarecer el
rol de Gendarmería en el operativo que culminó con la desaparición
forzada de Santiago Maldonado. El nuevo juez en su visita a la
comunidad Pu Lof en Resistencia habló de la posibilidad de un cuarto
operativo en el territorio. Tampoco cambió la desinformación
filtrada a través de medios adictos: hoy la familia tuvo que
desmentir que la mochila y el celular que Sergio Maldonado refirió
al juez en su declaración testimonial y se comprometió a entregar
fueran las que estaban en poder de Santiago el día que desapareció.
“Investigamos
todas las hipótesis”, dijo la ministra de Seguridad de la Nación,
Patricia Bullrich, en su interpelación el Senado nacional el 16 de
agosto. En ese mismo momento el juez federal Guido Otranto y la
fiscal federal Silvina Ávila estaban allanando por segunda vez la
Pu Lof en Resistencia del Departamento de Cushamen en busca de
rastros de Santiago Maldonado. Hubo un tercero, el 18 de setiembre.
Fue el más violento. El nuevo juez de la causa, Gustavo Lleral,
se reunió la semana pesada con integrantes de la Pu Lof, y más allá
de la buena voluntad del magistrado de acercarse sin fuerzas
policiales, desde la comunidad alertaron que el juez habló de la
posibilidad de un cuarto operativo en el territorio. Hasta ahora
la única hipótesis que no fue investigada a fondo por la justicia
es la que señala a la Gendarmería. El nuevo informe del Comité
contra la Desaparición Forzada de la ONU señaló exactamente ese
punto: la reticencia de la justicia a investigar al principal
sospechoso.
El
informe puntualizó, en este sentido, dos cosas:
Que
resultaba preocupante que el gobierno negara la participación de
Gendarmería en la desaparición de Santiago Maldonado, anticipando
esa conclusión antes de conocer el resultado de la investigación
judicial.
Que
era necesario “esclarecer de forma prioritaria” la
participación de Gendarmería en la represión que culminó con la
desaparición de Maldonado.
En
esa sintonía también se expresó el Representante Regional del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
(Acnudh), Amerigo Incalcaterra: “Es urgente esclarecer la
participación de Gendarmería en los hechos, y en el caso de
demostrarse, establecer sus responsabilidades y sancionar debidamente
tanto a los autores materiales como a sus superiores jerárquicos”.
Ese es el eje que debe investigar el juez Gustavo Lleral. Hasta ahora
no lo hizo. En tanto, hace 69 días que Santiago Maldonado está
desaparecido.
Las
irregularidades del operativo judicial a Gendermería
El
irregular y violento operativo de Gendarmería que culminó con la
desaparición de Maldonado consta en el acta que el defensor federal
Fernando Machado labró el mismo 1 de agosto en la comunidad, en la
denuncia penal de Julio Saquero (integrante de la Regional Noroeste
de Chubut de la APDH) el día siguiente y también está descripto
por el testigo Santana, que declaró cómo tres gendarmes golpeaban y
se llevaban a Maldonado. Pese a las contradicciones entre sí, los
gendarmes que declararon como testigos en la causa de habeas corpus
reforzaron la irregularidad del operativo, que debía ceñirse a
liberar el corte parcial de ruta que la comunidad realizaba en
reclamo de la liberación del lonko Facundo Jones Huala, detenido
desde el 27 de junio.
A
pesar de las pruebas y los testimonios, la Justicia tardó nueve días
en rastrillar los escuadrones de Esquel y El Bolsón.
Ocurrió
el 10 de agosto. Cuatro días atrás se había realizado una
diligencia en el Escuadrón de El Bolsón, sin participación de
ningún actor judicial. Así lo describió Saquero a lavaca: “Desde
el Juzgado nos dijeron que no iba a actuar nadie judicialmente,
preguntamos por qué y nos contestaron que no tenían jurisdicción
sobre Río Negro. Pensamos que podía participar alguien de
Bariloche. Tampoco. Así que ese día estábamos solos con mi
compañera de la APDH y el que comandaba el operativo era un oficial
de Criminalística de la Policía Federal en Buenos Aires”.
Saquero
se llevó una sorpresa al ver que la persona que los recibió de
Gendarmería fue el comandante Fabián Méndez, uno de los jefes del
operativo del 1 de agosto. “No me dejaron sacar fotos. Había
tres vehículos: dos Amarok y un camión Iveco. El comandante dijo
que esos eran los que se iban a analizar. Su presencia estuvo durante
todo el procedimiento. Fueron seis horas en total. ¿Cómo se sabía
si habían sido esos vehículos? Había otros camiones. Pero lo
más desprolijo de todo fue que abrieron un galpón enorme y en el
fondo vemos otra camioneta Amarok, no limpia como las otras, sino
sucia. Preguntamos qué era eso. Méndez dijo que no la usaban y que
estaba ahí por reparación, que tenía desperfectos. Dijo que no se
peritaba porque era de Las Lajas, un pueblito de Neuquén. Ninguno
de los vehículos tenía el menor resguardo. No tenían faja ni
nada”.
Saquero
cuenta el final de ese largo día: “Cuando al terminar el operativo
el oficial nos muestra el acta, saltan algunas cosas fuertes: los
números de los vehículos de los registros que había dado Otranto
no coincidía con lo que se había auditado. Algunas camionetas ni
siquiera tenían matrículas. Le planteamos al juez Otranto esta
irregularidad. Soy ajeno a las instrucciones que dio. El oficial hizo
el acta con los números que había, como si fuera sólo una
desprolijidad de tipeo. Nosotros la firmamos bajo reserva, porque no
queríamos anular las evidencias de las manchas de sangre. Quizá por
esa informalidad se operó el segundo rastrillaje, realizado el
jueves 10. Ese día la sorpresa fue ver que, cuando abren el
galpón, la camioneta de Las Lajas ya no estaba. En su lugar apareció
el unimog”.
El
Comité también señaló otras irregularidades: “La demora con
la cual ocurrió el allanamiento, así como las alegaciones de la
posible limpieza de los vehículos que fueron usados con ocasión del
operativo, y la no integración de las fotos y videos en los primeros
momentos de la investigación, han prolongado de forma indebida los
procesos de búsqueda e investigación llevados a cabo”.
La
hipótesis que falta
Las
querellas dijeron a lavaca que aún faltan los análisis de las
computadoras y el resto de las fotografías, filmaciones y el
entrecruzamiento de llamadas telefónicas. También exigieron el
crudo de todas las llamadas telefónicas de los gendarmes. “Hay
elementos para dejar de buscar a Santiago en la Pu Lof y buscarlo en
Gendarmería”, dijo a lavaca la abogada Heredia.
“Desde
el día 1 la única hipótesis con cierto sustento que explica lo que
pasó, y que hasta el día de hoy no fue descartada sino todo lo
contrario, es la hipótesis de Gendarmería”, señala también
Federico Efron, coordinador del Área de Litigio y Defensa Legal del
CELS.
Explica
Efron: “ En el marco de una posible desaparición forzada, toda
hipótesis tiene que ser investigada. Lo que pasa es que cuando se
introducen intencionalmente hipótesis en la causa obligan al juez a
tomar medidas de prueba para descartarlas, como lo fue el falso
informe de la Federal, que decía que a Santiago lo detuvieron el 31
y lo llevaron a Chile. Eso también se tuvo que evacuar. Lo mismo
con más de 300 llamadas que dicen que a Santiago lo vieron en
distintas partes del país. Todo eso exige recursos del Estado y
consume tiempo. Una cosa es tener en claro que toda hipótesis
tiene que ser descartada, otra es que se sostengan hipótesis
insostenibles. Eso es lo que nos
parece muy grave: si uno analiza lo que hizo el Ministerio
de Seguridad hasta ahora, es introducir estas hipótesis que fueron
completamente descartadas y no tienen ningún sustento, mientras
todavía no aportaron toda la información que tienen. Y si
todavía no sabemos qué gendarmes llegaron al río ni tenemos la
lista completa de todos los que participaron, hay algo que no está
bien.
¿Qué
significa eso?
-No
lo sabemos. Sí podemos decir que no están aportando información
que tienen desde el día 1. ¿Qué significa eso? Sera una
cuestión a probar después. Primero sepamos qué pasó con Santiago.
La
desinformación del día: la mochila y otras falacias
No
es la mochila que llevaba Santiago el día que desapareció ni es el
celular chileno lo que tiene en su poder Sergio Maldonado, hermano
del joven desaparecido. Así lo dejó en claro la familia en un
comunicado en el que tiene que explicar lo que todos saben:
recién la semana pasada la justicia le tomó declaración
testimonial a Sergio Maldonado y en esa oportunidad se comprometió a
entregar las pertenencias que el juez, al escucharlo, le requirió.
Cómo esa información fue hoy difundida en forma desvirtuada a
través de los medios es algo que parece no haber cambiado en estos
69 días, a pesar de que sí cambió el responsable de responder
¿dónde está Santiago Maldonado?
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