Se
estima la pérdida de alrededor de 200 puestos laborales, según
denuncia la seccional local de la Utghra. Los
empresarios del sector reconocieron que la "situación está
complicada" y comenzaron a aplicar diversas medidas.
Menos
carga horaria, baja de precios y atención solo algunos días durante
la semana son algunas de las medidas implementadas por el sector
gastronómico para paliar la situación de crisis que se vive en Mar
del Plata. “Estamos
trabajando menos, el nivel de cubiertos se redujo en un 30 por
ciento, por eso para mantener abierto bajamos los precios”, contó
Hugo Santa María, uno de los propietarios de la parrilla Pehuén, a
la vez que aclaró que “el
staff de personal lo mantenemos, por eso tomamos la medida de reducir
los precios a pesar que estamos trabajando con rentabilidad cero”.
Optimista, el empresario consideró que “esto va a cambiar”,
razón por la cual aseguró que la adecuación a la época de “vacas
flacas” se basó “en la reducción de precios. Pero apostamos a
mantenernos, a seguir abiertos, aunque
se achicó mucho el flujo de caja y tuvimos que reducir los refuerzos
de personal”.
En
tanto, desde la seccional local del gremio de gastronómicos
aseguraron que “desde
el 15 de marzo hasta la fecha cerraron entre 45 y 48 establecimientos
gastronómicos, entre restaurantes, hoteles y cafeterías”.
El
cierre de esos comercios generó la pérdida de “unos 200 puestos
de trabajo”
y para que “la sangría” no se profundice “hemos pactado con
algunos establecimientos que en lugar de despidos se reduzcan las
horas que trabajan”.
Cambios
Así,
en muchos casos, el
personal pasó a trabajar menos horas y hasta menos días por semana,
incluso muchos de esos comercios abren solamente de jueves a domingo.
“Hay empresarios que se portaron muy bien -contaron desde el
sindicato- y otros que aprovechan la situación de crisis en
beneficio propio”.
Al
achicamiento de la carga horaria se le sumó, en algunos casos, la
reducción de las jornadas, como estrategia para evitar los despidos.
“Se
reducen las horas y eso impacta en los jornales, porque ganan menos,
pero es una forma de evitar los despidos”,
consideró el secretario de la Asociación Empresaria Gastronómica
Hotelera local, Daniel Suffredini. Si bien reconoció una merma en el
trabajo de los gastronómicos, estimó que es
una consecuencia “del menor movimiento que hay en la ciudad. Hay
menos trabajo para todos”
y contó que en lo personal “estamos muy atentos a los gastos,
cuidamos todo, porque no es fácil para nadie”.
Flexibilidad
Aunque
el empresario aseguró que en sus locales de comida no se redujo el
personal, reconoció que “si
alguien se jubila o se va, no se reemplaza por ahora”
y explicó que el sector recurre mucho “a personal eventual, como
por ejemplo para fines de semana o eventos. Cuando la organización
es más chica, más familiar, podes ser más flexible. Pero si es más
grande, se complica”.
A
esa mencionada flexibilidad recurrieron en “Wok&Roll”, una de
cuyas propietarias, Victoria Mazzullo, aseguró que “se
nota que hay menos gente, te diría que hubo una merma del 50 por
ciento”
aunque no tuvieron que recurrir a los despidos porque “somos un
negocio chico, familiar, entonces nos vamos adaptando”.
Entre
esas adaptaciones, pasaron
de abrir todos los dias a “de miércoles a sábado inclusive” y
descartaron “al menos en el corto plazo poder contratar gente,
cuando otras veces hemos tenido refuerzos”.
“Ahora pareciera que comenzó a estabilizarse -contó- está como
amesetado, pero cuando
fueron los anuncios del tarifazos fue mortal, estuvo durísimo.
Es que comer afuera no es de primera necesidad, entonces es de los
primeros gastos que se recortan”.
Uno
de los regenteadores del café que funcionaba en Belgrano y
Corrientes detalló que el cierre se produjo porque “no
daba para más, entre la baja de clientes y las cargas sociales no
era negocio. Al final no le cerraban las cuentas a nadie, por eso
tuvieron que bajar la persiana”.
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