El presidente de la Cámara de
Diputados no va a irse del PRO pero aumenta su enfrentamiento con
Marcos Peña. El Gobierno apartó de la toma de decisiones a Emilio
Monzó, tercero en la cadena de mando presidencial, porque cuestionó
que el rumbo de la administración de Mauricio Macri estaba volcado
más al marketing que a la política.
“Si seguimos así en vez de
timbreo vamos a hacer ring raje”, repite el presidente de la Cámara
de Diputados. La agencia DyN publicó un cable con implacables
conceptos de Monzó que LPO chequeo con el entorno del diputado y
ratificó en buena medida.
Estos conceptos expresan lo que dijo
Monzó en una reunión caliente que tuvo con Macri y Marcos Peña en
la Quinta de Olivos un mes atrás. La reunión terminó a los gritos
y con Monzó apartado de la toma de decisiones del Gobierno y del
armado de la provincia de Buenos Aires.
Emilio no trabaja en la redacción
del diario de Yrigoyen, explican cerca del presidente de la Cámara
de Diputados, para poner en perspectiva su mirada crítica del
Gobierno.
Críticas similares había hecho el
tucumano Pablo Walter en el último consejo partidario del PRO en San
Juan. Como anticipó LPO, Walter cuestionó que los organismos
críticos del Gobierno, como la Anses, Aduana, la Afip y los
programas de Desarrollo Social estén en manos de kirchneristas, que
sólo esperan el momento para usar los resortes del Estado en contra
del propio Gobierno. Como sucede en las marchas como la de esta
tarde, en la que la CTA quedó cerca de la reunificación, impensada
hace sólo un años.
La respuesta de Macri es que la
gente lo apoyo y que cuando “arranque” la economía podrá
encolumnar a todos.
Contra el diario de Yrigoyen
El corrimiento de Monzó es un hecho
inédito para un dirigente que no sólo es tercero en la línea
sucesión, sino que garantiza leyes en el Congreso, un rol político
institucional que es crítico en este gobierno que no tiene mayoría
propia en las cámaras.
“Emilio no trabaja en la redacción
del diario de Yrigoyen", graficaron a LPO desde el espacio de
Monzó, en una crítica velada a Marcos Peña, el principal apuntado
cuando se cuestiona al marketing. "El esquema Festilindo lo
pudimos aguantar en la Legislatura porteña, pero no en el gobierno
nacional", agregaron las fuentes.
Pese a que es el principal armador
político del PRO, a Monzó lo corrieron porque se queja que “la
política bonaerense está armada por porteños que no conocen la
provincia”.
Ahora, tras protestar en soledad
durante meses, Monzó confirmó el fracaso de la cooptación de
intendentes por parte de María Eugenia Vidal, que quedó en
evidencia con la insustancial incorporación de Joaquín de la Torre
al gabinete. Otra prueba es la cumbre que debió apurar la
gobernadora para reunir a su tropa y pedirles que trabajen ya mismo
en sus distritos porque no va a sumar más intendentes peronistas.
Pese a este clima conflictivo,
allegados a Monzó aclararon a LPO que el diputado no tiene pensado
irse ni con Sergio Massa ni con Florencio Randazzo, dos dirigentes de
su misma generación con los que comparte miradas y códigos
políticos.
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