Por Gabriela Cerruti| 16 de septiembre de 2016
Eduardo Gutiérrez, procesado como
testaferro de José López, sostuvo en su declaración indagatoria
que era empleado y socio de Nicolás Caputo, el mejor amigo del
presidente Mauricio Macri, y que la propuesta de negocio
inmobiliario que le acercó al gobierno nacional no se pudo llevar
adelante por la oposición del entonces ministro de Economía Axel
Kicillof.
El dueño de Farallón y aportante a
la campaña de Gabriela Michetti, Eduardo Gutierrez declaró ante el
juez Daniel Rafecas en el marco de la investigación de la causa por
los millones hallados en el convento, acusado por ser el dueño de la
casa de Tigre en que vivía López. Alli sostuvo que inició su
carrera empresarial junto a Nicolás Caputo, que aún hoy es socio
del mejor amigo del Presidente y que cuando le propuso un negocio
de desarrollo inmobiliario a José López y Diego Bossio no se pudo
llevar adelante “por la oposición del ministro Kicillof”.
“Cuando me recibí, en 1976 fui a
trabajar con (Nicolás) Caputo. Ese fue mi primer trabajo, en
planificación de obras y por tal motivo me contrataron para ir a
Italia y volví a fines de 1978”, declaró Gutierrez para contar
cómo comenzó su relación con el hombre fuerte de los negocios del
macrismo. Caputo es socio de Mauricio Macri en varios
emprendimientos, además de su mejor amigo y su acreedor según la
declaración jurada del Presidente.
Esa relación con Caputo parece
haber persistido hasta hoy, porque en la misma declaración Gutiérrez
confirma que las únicas dos obras que llevaba adelante contratadas
por el gobierno de la entonces presidente Cristina Fernández de
Kirchner eran como parte de una Unión Transitoria de Empresas en la
que la parte mayoritaria correspondía a Caputo.
“Tenemos dos obras, una es el
Hospital Posadas, en la zona oeste, otra es el Museo de Malvinas, en
la ex ESMA, dos obras en las que participamos con una UTE con la
firma Caputo S.A., SES S.A. y Farallón S.A., en la que nosotros
tuvimos participación, en una 35% y en otra 40%, que ambas
licitaciones las ganamos debajo del presupuesto oficial, con mejor
oferta del resto de los oferentes”, explicó Gutierrez en la
indagatoria.
Pero el empresario sembró más
dudas sobre sus negocios con López cuando mencionó que en realidad
su relación con el ex Secretario de Obras Públicas tenía que ver
con una propuesta de “desarrollo inmobiliario” que había
acercado pero que nunca se pudo concretar por la oposición del
entonces ministro de Economía.
“Es un tema que lo charlamos
con López a partir de ese momento y hasta el final de su mandato,
pero que nunca se pudo concretar. También me llamó (Diego) Bossio,
para que yo les dé una opinión como desarrollador, en cuanto al
tema tierras y al tema riesgos, pero no se pudo concretar por la
oposición de Kiciloff”, sostiene, textual, en su declaración
el empresario.
Luego de esa declaración, el juez
Rafecas procesó a Gutierrez como testaferro de José López.
Enrique Gutierrez, dueño y
presidente de Farallon, saltó a la fama en los últimos meses por el
episodio del convento y la donación a la Fundación Suma, de
Michetti, pero es un habitual nexo entre política y negocios de
todos los sectores políticos.
Farallon es socio de Caputo S.A
en seis UTES (Uniones Transitorias de Empresas) con las que ganaron
licitaciones para obras en el gobierno de la ciudad de Buenos Aires
con Mauricio Macri como jefe de Gobierno. Pero, al mismo tiempo,
junto al banquero Jorge Brito, aliado de Sergio Massa, y funcionarios
del gobierno de Juan Manuel Urtubey, conformó Vizora Desarrollos
para llevar adelante emprendimientos inmobiliarios en Puerto Madero,
Tigre y Salta.
De canillita a campeón
Gutierrez era un empleado de Caputo
S.A a principios de los ochenta, cuando fue enviado por su jefe a
trabajar a Italia. Cuando regresó se independizó y formó Farallon,
una pequeña constructora. Fue recién en los años noventa, con la
explosión de los barrios cerrados en Pilar, cuando el ingeniero
peronista se convirtió en un desarrollador inmobiliario.
Un poco después, era presidente del
PJ de Pilar cuando fue nombrado Ministro de Gobierno por el
intendente Sergio Bivort. Desde allí, compraba terrenos fiscales,
los rezonificaba y construía barrios cerrados que en muchos casos
terminaron en litigios judiciales por haber secado humedales o
propiciado inundaciones.
En el año 2000, de la mano del
intendente, bendijo la llegada de la empresa norteamericana Pulte a
Pilar. Wayne Williams, presidente de Pulte International Corp., y
Arthur Broslat, director ejecutivo de Pulte Argentina, presentaron
junto a Bivort y Gutierrez las nuevas casas estilo californiano en el
primer barrio cerrado argentino que las usaría: La Lomada. Lo que
el funcionario no dijo entonces es que él era el dueño de ese
country, y que ya había iniciado gestiones para quedarse con la
franquicia de Pulte en la Argentina, lo que lograría cinco años
después.
Bivort fue sucedido en la
intendencia de Pilar por Humberto Zúccaro y Gutierrez sigue a su
lado como secretario de Hacienda. Un año después renuncia y se
dedica ya de lleno sólo a los negocios inmobiliarios y a ser el nexo
entre política y negocios, entre la intendencia y el gobierno
nacional.
Zúccaro fue el primer intendente en
apoyar la salida de Sergio Massa del Frente para la Victoria, y tanto
Gutierrez como Jorge Brito fueron los apoyos económicos
fundamentales en esa movida.
Gutierrez se unió entonces a los
máximos desarrolladores de la ciudad y la zona norte: Nicolás
Caputo y José María Brito. Con Caputo formará cuatro diferentes
Unidades Transitorias de Empresa para llevar adelante obras
encomendadas por el gobierno nacional y por la ciudad de Buenos
Aires. Para el gobierno nacional ganaron la licitación para la
remodelación del Hospital posadas y la construcción del Museo y
Memorial de Islas Malvinas. En la ciudad de Buenos Aires, las
viviendas del plan PROCREAR en la zona de la Estación Saenz. Todo
consta en los balances presentados por Caputo S.A. en la Comisión
Nacional de Valores.
Con Brito, y la familia Macri, formó
Vizora Desarrollos para la construcción de la torre Mulhereis en
Puerto Madero. Ese emprendimiento quedó luego en manos solo de
Creurban, de los hermanos Macri, y él continuó con Vizora
desarrollando otros emprendimientos en Tigre, Puerto Madero y Salta.
De Tigre a Salta
Tal vez la mayor expresión de la
cartelización de los negocios y la política sea Vizora Desarrollos
Inmobiliarios.
Fundada en setiembre de 2005 por la
unión de Farallon, de Gutierrez; Banco Macro, de Jorge Brito e
Inversora Juramento, dirigida por funcionarios del gobierno de
Urtubey, la empresa es dueña hoy de los mayores desarrollos
inmobiliarios en el Tigre, Puerto Madero, Pilar y Salta.
El último emprendimiento en
Tigre Remeros Beach llegó a la justicia por la oposición de los
vecinos al avance sobre reservas y humedales pero, una vez más,
la causa recayó como en otras oportunidades en el juzgado de
Arroyo Salgado, la viuda del fiscal Alberto Nissman que siempre
habilitó estas construcciones.
Inversora Juramento es una empresa
agropecuaria creada en 1990 por Jorge Brito que posee ochenta mil
hectáreas en Salta, la mayor parte en los departamentos de Anta y
Rivadavia, donde también tienen tierras vecinas Mauricio Macri,
Nicolás Caputo, José Torello y la empresa IRSA.
Brito es amigo personal de Urtubey
desde hace décadas y su hija Milagros, la presidenta de Vizora, fue
quien le presentó a su actual novia, Isabel Macedo. En la fiesta por
los diez años de la creación de Vizora la flamante pareja político
farandulesca se presentó en sociedad. “Estoy feliz de ver a mi
amiga tan enamorada”, dijo Milagros. “Esta es una excelente
manera de celebrar el aniversario de esta maravillosa empresa”,
dijo el gobernador. Pero la relación no es solo amistosa: el titular
del Ente de Regulación de Juegos de Azar de la provincia, Sergio
Mendoza, es el auditor de Juramento y Natalia Godoy, hija del
presidente de la cámara de diputados salteña Santiago Godoy, es la
Directora de la empresa. Brito sabe de relaciones político
empresariales y cómo volverlas amistad y negocios al mismo tiempo.
El banquero fue uno de los soportes, junto a Gutierrez, de la campaña
electoral de Sergio Massa y solía al mismo tiempo asesorarlo en
temas económicos e ir a jugar al paddle a su casa.
Brito aportó millones para la
campaña de Massa y hasta le prestó sus aviones privados para
hacerlo. Ese acuerdo no le impidió al tigrense apoyar en Salta a
quienes confrontaron con Urtubey en la interna: el gobernador seguía
dentro del esquema del Frente para la Victoria y él necesitaba armar
su estructura.
Las acciones de Inversora Juramento
fueron junto a las de Migor de Nicolás Caputo y las de Cresud, de
Elztain, las que más subieron en los últimos meses. Según los
boletines de los inversionisas en la bolsa, se espera una “explosión”
de estas acciones junto a las de Ledesma para las próximas semanas.
En el caso de Juramento, está vinculado con lo que la empresa
misma cuenta en su prospecto de venta al exterior: los nuevo
tratados del Pacífico le permitirían exportar directamente a través
de Chile y eso subiría enormemente sus negocios. Tal vez sea una de
las razones por las que Macri, Caputo e Irsa están también
invirtiendo en la misma zona en que Brito y los funcionarios de
Urtubey lo están haciendo.
Los habitantes de la zona aducen
otras dos razones: son tierras ganadas para soja, en algunos casos,
y, en otros, se encontraría una enorme reserva de litio, un recurso
natural cada vez más valuado.
Inversora Juramento, Farallon y
Banco Macro, a través de su participación en Virazón, son dueños
además de buena parte de los barrios cerrados y countries de la zona
norte. Una zona donde también han adquirido propiedades los amigos
del cardenal Newman José Torello, Nicolás Caputo y Mauricio Macri.
En el caso de la familia del presidente, son , además, dueños del
country BA Golf, donde vive y recibe Gianfranco, el menor de los
hermanos. En el club house del barrio cerrado, propiedad de SOCMA,
Mauricio Macri festejó sus cincuenta años y realizó el primer
“retiro espiritual” con su gabinete recién nombrado.
El grupo planea ahora volver a la
carga con un proyecto que habían presentado al gobierno nacional
pero que había sido rechazado por la presidenta entonces Cristina
Fernández de Kirchner. El “Barrio la Arenera” o como lo llamaron
en ese momento el “proyecto bicentenario”. Un
megaemprendimiento inmobiliario para construir en la zona del puerto,
donde se alojan ahora las areneras, un Puerto Madero II. El proyecto
volvió a ser mencionado en el gobierno en las últimas semanas e
implica también un avance sobre las tierras que hoy ocupa la villa
31 y 31 bis.
Dádivas
Dueños de fortunas incalculables,
tierras y propiedades por doquier, negocios y emprendimientos aquí y
en el mundo, los verdaderos dueños del poder se permiten ir dejando
sus dádivas a los funcionarios de los gobiernos de turno, que
sienten que son parte de ese esquema de los poderosos mientras apenas
reciben migajas.
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