CLARIN.COM
- 21/09/2017
Un
cuerpo flotando en el río Chubut el 1 de agosto en la Pu Lof en
Resistencia, de Cushamen, el último lugar donde fue visto Santiago
Maldonado. La imagen aparece por primera vez en el expediente
judicial que investiga la desaparición forzada del joven artesano.
Surge de las conversaciones grabadas en los aproximadamente 70
celulares secuestrados a efectivos de Gendarmería que participaron
del desalojo de la comunidad mapuche. También, según revelaron
a Clarín fuentes con acceso a la causa, se habla de "piedrazos"
lanzados por los uniformados. Hasta ahora, solamente un efectivo
había reconocido que le había lanzado una piedra a uno de los
manifestantes, algo que sus propios compañeros negaron.
"Está
claro que nadie se llevó a nadie, había gente a su cargo que le
habría pegado piedrazos a alguno que quedó flotando en el río y
los compañeros lo sacaron", señala un superior de
Gendarmería -que por ahora no aparece identificado- en el audio de
WhatsApp que le envió al gendarme Daniel Gómez, propietario del
celular examinado. En su respuesta al superior, agendado como
"Comandante" en el celular, Gómez no confirmó la versión
del cuerpo en el río. "Vi a tres personas nadando, pero a
nadie flotando", contestó.
La
conversación es del 9 de agosto, ocho días después de la
desaparición de Maldonado, cuando el Gobierno mantenía una defensa
cerrada sobre el accionar de la fuerza de seguridad. "Presumimos
que, cuando hablan de ´los compañeros´ se refieren a los
integrantes de la comunidad mapuche", infirieron las mismas
fuentes con acceso a la causa. Suponen que el superior que
menciona al hombre flotando sería el comandante Juan Pablo Escola,
segundo al mando del Escuadrón 36 de Esquel de Gendarmería
Nacional. El líder del grupo de gendarmes que ingresó a
Cushamen aseguró a este diario el 3 de septiembre que nada
extraño había sucedido en el operativo. "No detuvimos ni
matamos a nadie", dijo entonces.
Otra
alternativa que se baraja sobre la identidad del "comandante"
que habla del cuerpo flotando en el río es que se refiera
directamente al jefe del escuadrón de Gendarmería 35 de El
Bolsón, Fabián Méndez; también presente en el operativo junto con
varios de sus hombres. Al igual que Escola jamás habló de "un
cuerpo flotando" en sus declaraciones a los medios.
Gómez
fue uno de los hombres que llegó hasta las proximidades del río
Chubut durante el ingreso a la Pu Lof. Así lo declaró una
semana después de su conversación con "el comandante" al
secretario de Violencia Institucional del ministerio de Seguridad
Daniel Barberis, en la investigación interna del ministerio que
conduce Patricia Bullrich. El 9 septiembre repitió la versión ante
Luis Lagger, comandante general de la Gendarmería y el oficial
superior informante dispuesto por la fuerza. Ante ambos habría
reconocido que en la ribera del río vio a manifestantes de un lado y
a otros intentando cruzar y -según las mismas fuentes- declaró
que escuchó el mismo grito que el cabo Darío Zoilan le adjudicó al
Sargento Carlos Pelozo: "¡Tenemos a uno!". Luego, el
gendarme al igual que otros de sus compañeros agregó que esa
expresión servía para hacer un señalamiento.
Cuatro
días después, Gómez declaró junto a otros tres gendarmes ante el
juez a cargo del proceso, Guido Otranto. El y sus compañeros Hugo
Díaz, Orlando Yucra y Juan Prieto dijeron ante el magistrado que no
vieron a ninguno de sus compañeros tirar piedras, tal como había
declarado en el sumario interno de la fuerza el gendarme Neri
Robledo. Gómez destacó ante Otranto que llegó al río y que
desde ese lugar observó que había gente encapuchada del otro lado.
Del
mismo celular de Gómez salió el mensaje de audio -también de
WhatsApp- que publicó el jueves La Nación en el que el
gendarme reconocería el uso de proyectiles. "Les dimos
corchazos para que tengan", afirmaba. La voz también era de
Gómez.
Sergio
Maldonado, el hermano de Santiago, reconoció el martes tras
entrevistarse con la fiscal Silvina Ávila, quien fue la que ordenó
la pericia sobre los teléfonos, que guardaba especial interés en
las comunicaciones de los uniformados que ahora empiezan a salir a la
luz. "Se alegran cuando Bullrich asegura que no tienen nada que
ver", afirmó a la prensa. El hermano del joven artesano se
llevó un disco cargado con toda la información del expediente,
incluidas las transcripciones de las comunicaciones.
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