revistacitrica.com
- 12 de septiembre de 2017
Hoy
tenía que declarar Andrea Millañanco, una testigo clave porque fue
la primera persona fuera de la Pu Lof de Cushamen en enterarse de que
había un desaparecido.
Pero
su declaración fue postergada porque el juez Guido Otranto
decidió que antes quería escuchar a los gendarmes del Escuadrón 35
de El Bolsón César Alberto Peralta, Walter Ruiz Díaz y Juan
Peloso, aparentemente el único de los tres que llegó hasta la zona
del río. Los primeros dos, que cumplen funciones de cocineros y
no entraron al territorio, escucharon que un gendarme dijo que "le
había tirado un piedrazo a un manifestante". Por su parte
Peloso, quien fue impreciso y contradictorio a la hora de hablar
de quién estaba a cargo y de la cantidad de efectivos del operativo,
dijo haber visto del otro lado del río a miembros de la comunidad a
caballo.
“Hoy
al final no declaramos. Nos cancelaron la declaración. Nunca somos
informados en tiempo y forma. Hoy decidieron que declaren los
gendarmes, dos de los cuales eran cocineros”, se queja Andrea
Millañanco, aunque su mayor preocupación es otra y tiene que ver
con una noticia que circuló desde temprano en el Juzgado de Esquel y
que fue confirmada pasado el mediodía: la negativa del gobierno
ante el representante regional del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos, Amerigo Incalcaterra, de realizar
una investigación con expertos internacionales.
“¿Por
qué el Gobierno rechaza la ayuda que Naciones Unidas quiere brindar
en la investigación? ¿Qué se está ocultando para no querer que
Naciones Unidas intervenga?”, se pregunta Millañanco, para
quien hay “que tener mucho cuidado con esto, porque lo que el
gobierno busca es quitarse de encima la responsabilidad política por
lo sucedido. El Gobierno insiste en que no se trata de una
desaparición forzada, sino de un homicidio y creemos que su
intención es cortar por lo más fino y que la responsabilidad caiga
en algunos gendarmes. Se dieron cuenta de que esto les puede
costar muy caro políticamente. Pero no se puede separar que esto
tiene un inicio, que la raíz de todo esto es político, y que
está a la vista la persecución que venimos sufriendo. En ese
contexto es que sucede la desaparición forzada de Santiago, no es
algo aislado”.
¿Vos
fuiste de las primeras personas que supo que había un desaparecido?
¿Cómo te enteraste?
A
las 7 de la mañana me llaman desde la Lof y me dicen que Gendarmería
se apostó delante de la tranquera, que reflectorearon y dispararon,
que los habían estado hostigando en la madrugada. Que después
los gendarmes se fueron y se ubican en la intersección de la ruta 40
y la ruta que va para El Maitén. Yo mando a la lamién Soraya
(Maicoño) para que se haga presente, vea lo que estaba sucediendo y
les comente a su vez lo que había pasado con la gente que estaba
detenida en Bariloche. El día anterior habían hecho lo mismo:
dispararon y se fueron. La lamién Soraya llega y habla con ellos
pero a la vuelta es detenida y no puedo comunicarme más con ella.
¿Después
recibís un segundo llamado?
Al
correr de las horas, después de las 13 me llega un mensaje de una
lamién que se logró comunicar con la gente de la Lof que había
logrado cruzar el río. Entonces yo me comunico con ellos y lo
primero que me dicen es que la Gendarmería está quemando todo. Y
que faltaba una lamién y un compa. Me dijeron que tenían poca
batería. A la hora los llamo para preguntarles cómo estaban: me
dicen que llegó la lamién pero que falta el compa. En la tercera
llamada me dicen que falta el compa y que se están quedando sin
batería.
¿Y
después no pudiste hablar más?
No,
después ya no me puedo comunicar con ellos. Me quedé preocupada,
entonces empiezo a buscar y preguntar si alguien sabía que en El
Matién hubiera algún detenido o alguien hospitalizado. Pero me
dicen que no hay nadie. Y más tarde cuando vuelve la gente del
campo, confirman que efectivamente se habían llevado a Santiago.
No hay comentarios:
Publicar un comentario