INFOBAE.COM
- 26 DE SEPTIEMBRE DE 2017
Con
muy poco, Guillermo Gustavo Lleral, el nuevo juez federal del caso
Maldonado, se diferenció de Guido Otranto. Le bastó un gesto de
sensibilidad elemental, que su antecesor no tuvo: el último domingo,
el magistrado de Rawson llamó a la familia de Santiago y les dijo
que iba a hacer todo lo posible para avanzar en la investigación.
Lleral
desembarcará este martes en Esquel, desde donde comandará las dos
causas abiertas en relación a la desaparición de Santiago, ocurrida
el 1º de agosto tras un operativo de Gendarmería en la comunidad
mapuche Pu Lof Resistencia Cushamen: el habeas corpus (para
encontrar al joven) y la "desaparición forzada" (para
descubrir a sus responsables).
La
expectativa pasa por conocer cuáles serán las medidas que pedirá
el nuevo magistrado, y por dónde va a comenzar a buscar la verdad,
tras 56 días de incertidumbre. ¿Continuarán los rastrillajes?
¿Llamará a declarar a más soldados y a mapuches? ¿Investigará al
jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad nacional, Pablo Noceti,
sospechado de comandar los movimientos de los gendarmes?
El
nuevo magistrado seguramente le dará su impronta a la investigación,
que abarca más de 2 mil fojas en el expediente y el testimonio de
30 testigos. La clave de su trabajo quizá pasará por despejar
la maleza de un caso turbio y buscar hipótesis. La principal vincula
a Gendarmería, pero podría recuperar la idea que Otranto hizo
pública y le valió su remoción: que Maldonado se ahogó en el río
Chubut. ¿Encontrará nuevos indicios para elaborar otras
posibilidades? ¿Continuarán los rastrillajes? ¿Enviará fuerzas de
seguridad federal a la Pu Lof en busca de evidencias?
Según
allegados a la causa consultados por Infobae, el password que
abriría el caso podría estar en la información que contienen los
teléfonos celulares de los gendarmes que participaron del operativo,
de sus jefes e incluso de Noceti (¿y por qué no de Otranto?).
La Policía Federal peritó 70 aparatos y entregó esa información
al juez anterior. Mucho de ese contenido se filtró a la prensa. Pero
no se sabe si entre los chats, mensajes de texto, fotos, videos y
audios hay algo más que Otranto no vio u omitió o no dejó
trascender.
Otro
punto clave es la geolocalización de esos teléfonos. ¿Dónde
estaban los gendarmes ese día y dónde estuvieron durante las horas
que siguieron al operativo? ¿Y qué pasó con el famoso teléfono
chileno de Santiago Maldonado? El ingeniero Ariel Garbarz se
presentó como perito de parte de la Comisión Provincial de la
Memoria, cuyo presidente es el Nobel de la Paz Adolfo Pérez
Esquivel, y declaró que él sabe dónde se activó la celda del
aparato de Santiago cuando fue atendido el 2 de agosto durante 23
segundos. Antes de ser recusado por la Cámara Federal de
Apelaciones de Comodoro Rivadavia, Garbarz no había sido aceptado
por Otranto.
Con
información suministrada por Telefónica y Movistar, Lleral
podría tener información del lugar exacto donde se activó el
teléfono de Maldonado y hacer lo mismo con los de los gendarmes para
detectar si existe alguna coincidencia de tiempo y de lugar.
Otra
prueba importante que podrían aportar los teléfonos a partir de su
geolocalización tiene que ver con las camionetas que usan los
gendarmes, que no tienen aparatos de GPS. Así, los investigadores
podrían desentrañar los movimientos que hicieron durante esos días
a partir de los celulares de sus choferes.
Hay
una sospecha fuerte sobre qué hizo la Ford Ranger a cargo del
sargento Santiago Sartirana, mencionado en una escucha, aunque él se
encargó de aclarar públicamente que se había tratado de una broma
de un compañero. Sin embargo, fuentes con acceso a la causa dejaron
entrever a este medio que en el acta donde se registra cada
movimiento de cada vehículo de la fuerza figuraría un horario de
salida de la Pu Lof, en principio, intrigante.
Aunque
tarde, como casi todas las medidas que ordenó, Otranto también
pidió pericias sobre las computadoras de los escuadrones 35 de El
Bolsón y 36 de Esquel. Las están haciendo también en Policía
Federal, como con los celulares, pero para los expertos con acceso
al expediente hay una demora llamativa en la entrega de resultados.
La querella tiene expectativa con esta información porque allí
podrían aparecer nuevos datos en emails, fotos, videos o mensajes.
Tal
como lo definió la Cámara de Comodoro, Lleral tiene 60 días
para dedicarse con exclusividad a la causa Maldonado. Una
sabiduría popular del mundo jurídico dice que cuanto más tiempo
pase de la fecha del crimen, más se aleja la verdad. El nuevo juez
se enfrenta a un caso que tiene insomne al país. Desde lo
simbólico, empezó bien. Lo reconocieron, incluso, los familiares de
Santiago, quienes en un texto difundido el lunes pidieron que nadie
interfiera en el trabajo del magistrado y se ofrecieron a colaborar:
"La remoción del Juez Otranto de la causa en la que se
investiga la desaparición de Santiago marca el comienzo de una nueva
etapa. Hemos vivido casi dos meses con una esperanza en creciente
agonía. Fuimos testigos y víctimas de una justicia lenta e
ineficaz. En el día de ayer (por el domingo), el nuevo Juez
designado, el Dr. Lleral, se comunicó con nosotros y nos manifestó
que haría todo lo posible para avanzar en la investigación. Su
gesto, de profunda calidez humana, renueva nuestra fe en poder llegar
a la verdad. Una vez más, comprometemos toda la colaboración a
nuestro alcance para lograr ese objetivo. Anhelamos que se le conceda
al nuevo magistrado la oportunidad de trabajar sin interferencias
de ninguna clase. Necesitamos saber dónde está Santiago, que le
pasó, quienes son los responsables de tanto dolor. Esa es
nuestra causa y no vamos a bajar los brazos".
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