LA
NACION - Sábado 23 de septiembre de 2017 - Mariano Obarrio
El
gobierno de Mauricio Macri informó ayer que "seguirá
trabajando" con el nuevo juez de la causa de la desaparición de
Santiago Maldonado, tras el apartamiento del juez federal de Esquel,
Guido Otranto. Pero en la Casa Rosada no cayó bien la decisión
de la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia de aceptar la recusación
del magistrado.
Según
pudo saber La Nacion, el Gobierno considera que el cambio de juez, a
50 días de comenzada la investigación, será perjudicial para las
dos causas de las cuales se apartó al magistrado, la de habeas
corpus y la de desaparición forzada.
En
Balcarce 50 consideraban que la causa de habeas corpus podía tener
sentencia de Otranto a mediados de octubre y el cambio podría
extenderla hasta diciembre próximo...
La
Cámara Federal designó en reemplazo de Otranto al titular del
Juzgado Federal N° 2 de Rawson, Gustavo Lleral. En el Gobierno
cayó mal la noticia. "Es una mala señal institucional sacar a
un juez a 50 días", aseguró a La Nacion un alto funcionario
vinculado con el caso.
El
apartamiento se fundamentó en un reportaje que Otranto le dio al
diario La Nacion en el cual deslizó la hipótesis de que Maldonado
hubiera muerto ahogado en el río Chubut y que no había elementos
para incriminar a la Gendarmería.
"Hubiera
merecido un reto por haberse extralimitado, pero por un tema
periodístico no lo debió haber sacado", señaló otra fuente
oficial vinculada a Macri... arrancar con un nuevo juez que está a
600 kilómetros y va a tener que leer todo el expediente de 13
cuerpos y 2600 fojas", se lamentaron en la Casa Rosada...
Marcos
Peña, más cauto, aseguró que el esclarecimiento del caso "es
un tema que tiene que unir a todos los argentinos para llegar al
fondo de la verdad". Y agregó que "con este tema y todos
los temas que tienen que ver con la Justicia y con la ley tenemos que
ser cada vez más institucionalistas, más prudentes"...
Hace
tres semanas, el Gobierno había deslizado críticas a Otranto por
demorar algunas medidas de prueba y allanamientos. Luego
del último rastrillaje al campo Pu Lof y de la toma del juzgado por
parte de un grupo mapuche, la Casa Rosada había cerrado filas con
Otranto y reforzó su custodia policial.
Sergio
Maldonado, hermano de Santiago, se manifestó "conforme"
con el apartamiento de Otranto, pero advirtió que no fue "en la
manera en la que queríamos". Y agregó: "Hicimos una
presentación por los maltratos y las irregularidades en la
investigación, pero finalmente se lo recusó por los dichos
inapropiados que salieron en un diario, por un prejuzgamiento".
No hay comentarios:
Publicar un comentario