Correpi
Organización – 05/09/17
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¿Cuál es la situación actual de las y los compañeros que fueron
detenidos?
Fueron
liberados/as hoy a la madrugada -48 horas después de su detención,
tiempo en el cual permanecieron incomunicados-.
La
instrucción de la causa quedó a cargo del juez federal Marcelo
Martínez Di Giorgi, como sucedió desde un principio -el mismo que
decidió tomar las declaraciones recién alrededor de 30 horas
después de la detención-. Desde hoy en adelante, es quien tiene
en total diez días para decretar el sobreseimiento o procesamiento
de las y los 31 imputados. A continuación, deberán ser
investigados todos los delitos cometidos durante la actuación de las
fuerzas de “seguridad” del Estado,
que CORREPI ya presentó a través de una denuncia formal.
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¿Que se les imputa?
Todos
y todas fueron imputados con la misma carátula: intimidación
pública, atentado y resistencia a la autoridad.
El
acta policial dice que detuvieron a algunas personas “en las
inmediaciones de casa de gobierno, quienes habrían arrojado al
personal policial botellas de vidrio, cascotes y otros elementos
contundentes” y a otras “en Plaza de Mayo, al
desconcentrarse la manifestación, cuando comenzaron a empujar el
vallado para luego cubrir sus rostros y arrojar piedras, molotovs y
bombas de estruendo al personal policial” (sic).
En
ninguno de los 31 casos, se han presentado elementos probatorios,
ni conducentes, que lo demuestren.
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Contradicciones entre la realidad y lo que inventó la policía
La
disparidad en la descripción de los hechos es evidente. Tanto así,
que hasta sus amigos de Clarín tuvieron que salir a decir que
hubo un “déficit probatorio” arrimado por la policía contra los
detenidos. Llamemos las cosas por su nombre: el informe que
armaron es lisa y llanamente, FALSO.
Por
caso, veámoslo de este modo: cualquier declaración indagatoria,
habitualmente está compuesta por los datos del juzgado, el
interrogatorio de identificación de la persona, y luego la carátula
donde el juzgado comunica: primero, qué es lo que se les
imputa, y segundo, cuáles son las pruebas que hay en su contra.
En general, ese aporte de pruebas consta de varias carillas, que se
encargan de argumentar lo que califican, como aporta el propio
término de prueba. En este caso fueron… tres renglones.
¡Tres!, de puras mentiras.
Ninguno
de los 31 casos, fue detenido/a en la casa de gobierno, ni en Plaza
de Mayo, sino desde cinco a diez cuadras más lejos, sobre Av. De
Mayo y alrededores. Algunos de ellos y ellas, simplemente estaban
cenando.
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¿Cómo seguimos?
La
represión del viernes 1º de septiembre fue un operativo conjunto,
orquestado por el gobierno nacional y los grandes medios de
comunicación, con el objetivo de deslegitimar lo que iba a ser –y
efectivamente fue- una masiva movilización, por la aparición con
vida de Santiago Maldonado. Y para que los titulares del día
siguiente no dijeran eso, apostaron a la condena social a la
violencia, que ellos mismos generaron.
Exactamente
lo mismo que hasta ahora hicieron, para excusarse de responder sobre
el paradero de Santiago. Correr el eje de la discusión,
culpabilizar a las víctimas, y desligar al Estado de su
responsabilidad política en cada una de las violaciones a los
derechos humanos que fueron cometidas. Y a la vez, generar el
consenso necesario para preparar la escala represiva siguiente.
Es
notoria su preocupación por la organización del pueblo, y por eso
apuntan a estas operaciones. En definitiva, nos tienen miedo, porque
somos muchos y muchas más. No hay mucha vuelta que darle: o les
damos el gusto, o nos hacemos fuertes, por Santiago, y por todos
nosotros y nosotras.
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