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- 14 de septiembre de 2017 - Por Alejandra Dandan
Infiltrados,
de Plaza de Mayo a El Bolsón
En
las imágenes de la fotógrafa Sol Guerrero de la marcha de 1º de
septiembre se ve cuando una persona pinta la pared del escuadrón
frente a decenas de gendarmes indiferentes. Terminó con molotovs
y represión. La misma metodología de la ciudad de Buenos Aires.
Sol
Guerrero es profesora del Instituto de Formación Docente de El
Bolsón donde vive desde 2011. Como fotógrafa aficionada fue
cubriendo las últimas marchas por el reclamo de aparición con vida
de Santiago Maldonado, a quien sólo conoció a través de redes de
nombres de conocidos en una localidad en la que aún todos suelen
tener puntos en común. Durante la marcha del 1 de septiembre hizo
una serie de fotografías entre las que capturó la imagen de una
persona pintando el paredón del Escuadrón 35 de Gendarmería
Nacional, uno de los escuadrones que participó de la represión
al Pu Lof de Cushamen en Resistencia del día de la desaparición
forzada de Santiago Maldonado. El hombre pinta las paredes con
aerosol muy tranquilamente a escasa distancia del pelotón de
gendarmes que ni siquiera intenta pararlo. Acá, la serie de
fotografías. La historia del aerosol y los relatos de una ciudad que
intentó frenarlo a él y a un grupo de personas al grito de
¡infiltrados!
Luego
hubo molotovs que “habilitaron” la represión.
El
Bolsón lee aquellos episodios con la clave de lo que sucedía en
paralelo en Buenos Aires. La presencia de infiltrados en la
multitudinaria marcha de Buenos Aires hoy es una de las certezas que
tienen los integrantes de las organizaciones populares. Los desmanes
que se produjeron al final de la marcha antecedieron a una brutal
represión y cacería de 30 personas sin ninguna prueba, datos falsos
y acusaciones plantadas. Los “desmanes” potenciados por la
voz mántrica de las canales repetidores de la única voz oficial del
estado macrista funcionan como habilitadores de la represión.
“La
foto aparece en medio de una secuencia”, dice Sol. “En una se
ve al pibe haciendo lo que se le canta porque apenas saltó la
tranquera de Gendarmería podrían haberlo agarrado: había un montón
de gendarmes. El pibe llegó con otros tres, se acoplaron a la marcha
más tarde. No estaban en la marcha. Él es el primero que invade
la zona del destacamento y luego aparecen otros compañeros, algunos
nuestros, envalentonados con la situación. Pero en ese momento,
empieza a gritarles a los nuestros que vuelvan. Y al mismo tiempo les
gritan a los otros que empezaron a tirar bombas molotov. Les gritaban
¡infiltrados! También a ese pibe que pasa la tranquera y se
pone a pintar.”
El
Escuadrón está separado de la calle por una pequeña tranquera, que
se había establecido como límite para la manifestación. “Cuando
entraron a la zona de la tranquera, estos pibes empezaron a correr
con la intención de tirar las bombas. Los nuestros tiraban piedras y
insultaban, pero no pasaron la tranquera”.
La
marcha al Destacamento de Gendarmería se hizo el viernes 1 de
septiembre. Se decidió que la marcha iba a salir desde la Plaza
Pagano del centro de El Bolsón y recorrería el kilómetro y medio
hasta el Escuadrón de Gendarmería. No iban a atravesar la
tranquera, límite del predio. La propaganda oficial venía
alentando en todo el país una campaña sobre posibles focos de
violencia en las manifestaciones por Santiago Maldonado.
Raúl
Prytula vive en el Bolsón, es parte de la APDH nacional y está a
cargo de la APDH regional. “La marcha iba a llegar hasta la zona
que está frente al Escuadrón de Gendarmería. Salimos con el total
acuerdo de todos para hacerlo así y de pronto cuando están
manifestando un grupo de personas cerca de Gendarmería, llega un
vehículo blanco, tipo camioneta, de la cual bajan algunas personas y
empiezan a mezclarse. Ahí es cuando empezamos a ver fuego, a ese
grupo la gente empezó a cantarle ¡infiltrados! ¡infiltrados!”
Prytula
dice que cuando la gente empezó a darse vuelta para retirarse del
lugar, la Gendarmería que estaba en el patio del Escuadrón comenzó
a tirar balas de goma. “En ese momento quedó totalmente claro
que también dentro de Gendarmería había una persona de este grupo
de bombas molotov. Nosotros estábamos arriba de la ruta. Había
unas 30 o 40 metros de distancia con el lugar de donde llegó este
vehículo. La gente que la vio de cerca dice que estaba lloviendo,
y ellos estaban secos. Y así empiezan todas las especulaciones
sobre esto. Nosotros consideramos que esta gente es infiltrada,
que tiene que ver con los servicios de inteligencia y que en esa
fecha y ese día se hicieron marchas en varios partes del país,
también en Buenos Aires, donde ocurrió una cosa similar.” En El
Bolsón, dice, “ya no nos conocemos todos, no sabemos los nombres
de todos, pero sí nos hemos visto las caras. O sea, sabemos
quiénes fueron los que fueron y con quién nos organizamos.
Una
de las características del grupo de “tres o cuatro” personas que
bajaron de la camioneta es que llevaban baldes. Un dato que
también vieron las organizaciones de Buenos Aires. ¿Quién va a
ir a una marcha con balde?, dice a PáginaI12 un alto referente
de las organizaciones territoriales del país. En los baldes
tenían las bombas molotov, según los testigos.
El
sábado pasado, las comisiones que trabajaron durante el Segundo
Encuentro Nacional de Comités por la Libertad de Milagro en Buenos
Aires pusieron entre las conclusiones la necesidad de diseñar
medidas de seguridad para cuidarse durante las próximas marchas. La
atención está puesta en la presencia de infiltrados de las fuerzas
de seguridad. En la ciudad de Buenos Aires las organizaciones
comenzaron a encontrar recurrencias, como la presencia de agentes
de civil sin identificación que se meten entre los manifestantes,
marcan a una persona y más tarde son ellos mismos son se le tiran
encima, antes o después de ponerse el chaleco de identificación.
En El Bolsón las alertas se reforzaron luego de la marcha del 1 de
septiembre.
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